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enríquez-ominami: nuevo 'fiscalizador' en la izquierda chilena. foto: lamula.pe

Enríquez Ominami o la nueva voz de Chile

El excandidato presidencial del país del sur visitó Lima y sentó plaza como crítico de la agenda política de la actual administración.

Publicado: 2014-04-16

Con un 46.67% de votos por parte de Partido Socialista (PS) de Chile y un 10.98% rentabilizado por Partido Progresista en las elecciones del 2013 donde Marco Enríquez-Ominami quedó en tercera posición, todo señalaría que la izquierda chilena tomaría fuerza y se adjudicaría un nuevo y carismático líder. No obstante, el joven político y cineasta de 40 años no estaría del todo convencido con la propuesta de la mandataria (y antigua aliada) del país del sur Michelle Bachelet. 

Filósofo de formación, Enríquez-Ominami perteneció al PS de la actual presidenta desde donde ejerció el cargo de diputado entre el 2006 y 2010, año en que renunció a la militancia del PS para fundar el Partido Progresista de tendencia de centroizquierda.

Reforma constitucional

“Chile es una monarquía”, mencionó el político en un foro realizado por la plataforma Otra Mirada el pasado viernes 11 de abril. La frase tuvo nombre propio: con una constitución hecha 'a la medida' de la dictadura de Augusto Pinochet donde el sesgo de poder se concentró en una Carta Magna de tinte eminentemente presidencialista, se hace complicado reformular un fuero nacional pues de acuerdo a Enríquez-Ominami la revisión del proyecto de efectuar cambios en el documento tendría más sabor a parche que a enmienda o reinvención.

Sucede que la reforma de la constitución chilena es un tópico donde el político deslinda con la administración de Bachelet, pues de acuerdo al excandidato él se inclinaría por una Asamblea Constituyente, un proyecto que construya un estatuto sobre la base de un consenso, no sobre la enmienda del original. “...la reforma y la Asamblea son dos cosas distintas. Ella (Bachelet) a dicho que no tiene prejuicios sobre la Asamblea, que no es lo mismo a decir que se está a favor o en contra; en tanto, nosotros sí estamos a favor”, mencionó el ex diputado.

El motor generador de cambio constitucional para él, pasaría entonces por un cerrar puertas y empezar de nuevo. Un cambio radical no sólo de forma sino de fondo. Ahí ingresa la visión 'asambleista' del filósofo chileno porque sería a través del consenso de las fuerzas políticas de Chile que se accedería a una nueva Constitución. Al respecto, Enríquez-Ominami mencionó con relación al enfoque de la presidenta: “...Ella (Bachelet) no cree en la Asamblea Constituyente, nosotros sí”.

Tributos y educación 'balanceados'

Para el político, los esfuerzos y el enfoque que ha puesto Bachelet en la reforma tributaria serían “insuficientes”.

Según él, junto a una política que redistribuya el tributo minero en un país eminentemente cordillerano y por tanto anclado a la actividad extractiva de minerales, debería coexistir un modelo de tributación que incluya otras actividades productivas y la riqueza que generan éstas en una economía donde el poder económico se concentra en unos pocos grupos familiares.

“Dos tercios del PIB de Chile está en manos de cinco familias...no me jodan”, sentenció el excandidato en foro del viernes último a propósito de la aparente “infalibilidad” que podrían tener los grupos de poder en el país del sur de cara a una reforma que sólo tocaría la recurrente concentración del tributo minero.

Todo parecería indicar que para el político un impuesto a la riqueza sería clave en momentos donde la educación chilena, a raíz de los indignados del 2011, está siendo puesta en la agenda como prioridad junto a la reforma constitucional e impositiva.

Enríquez-Ominami lo explica con cifras en una entrevista hecha por el diario La Primera: “Chile tiene 90 mil millones de dólares en activos financieros, casi la mitad del PIB peruano. Es decir acciones, no casas ni propiedades. Si tú le aplicas un impuesto de uno por ciento a los que tengan más de un millón de dólares en acciones en Chile, recaudarías novecientos millones. Es gigantesco”.

“Dos tercios del PIB de Chile está en manos de cinco familias...no me jodan”

El riesgo de una flaca reforma tributaria podría traer cola en el Chile de los indignados del 2011 y su reivindicación por una mejor estructura educativa, menos excluyente, más eficiente y flexible . “Con la actual reforma tributaria no alcanza” menciona Enríquez-Ominami. “Recaudar 2.5% del PIB como plantea Bachelet es muy poco, yo propongo el 5%”.

No sería fácil en un país que ha convertido la transferencia del canon minero del cobre a gastos militares en toda una tradición, escuela que sería un dogma desde el Chile pinochetista de los Chicago Boys.

Tampoco la tendría fácil Bachelet, pues ahora es el momento de desestimar esa 'escuela' y balancear mejor los dineros del fisco en un presupuesto donde tanto salud, jubilación, cultura podrían correr peligro de quedarse en la cola. Otro tanto, Bachelet tendría que lidiar con un sector de las fuerzas armadas que jugaría en contra de reformas impositivas que no alcance sus expectativas de gasto militar cuyo componente porcentual respecto al PBI es muy sólido con un 4.3% del mencionado indicador macroeconómico. Las transferencias presupuestarias habida cuenta una nueva y renovada política educativa, serían críticas en un momento donde el sector correría peligro de quedarse en agenda.

Así, la reforma de Bachelet de acuerdo al exdiputado andaría floja en el tramo 'a quién se le va gravar más' y 'a dónde irían los dineros', sobre todo, 'cómo van a beneficiar a la educación'.

US$8,500 millones adicionales por año como meta de recaudación sería la propuesta de la actual administración. Otro tanto, un aumento al impuesto a las empresas. En este punto, Enríquez-Ominami también tiene sus reparos pues como él menciona: “...Chile es un país que no exporta turismo ni televisores. Exporta cobre y la reforma no habla de cobre. En Chile no hablar de cobre es como no hablar de Chile”.

El mensaje sería de acuerdo al político: un 'poco mucho' esto de sobrecargar impositivamente ganancias de empresas.

Otro mensaje final que dejaría Enríquez-Ominami con relación a la actual gestión del PS sería aquel que reza 'gobierna como de derecha, siendo de izquierda'.

En todo caso, Bachelet y la izquierda chilena ya tendrían un auditor con Enríquez-Ominami. Y lo tendrían para rato...

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Escrito por

Eduardo Recoba Martínez

Economista, periodista, docente. Corresponsal para Latinoamérica de iForex financial news, consultor y analista. Sígueme en @eduardo_recoba


Publicado en

Redacción mulera

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