Marihuana legal para el Perú
Mientras la lucha contra las drogas parece inamovible en el discurso oficial, un sector de la sociedad civil plantea, con argumentos y modelos, los beneficios de regularizar la marihuana en el país.
Luis Gavancho es un comunicador social que está al frente de Legaliza Perú, asociación que promueve el debate sobre la regularización de la marihuana y la información libre sobre esta planta que miles de peruanos consumen.
En el Perú, varios personajes han apostado por la legalización de la marihuana, con distintos argumentos: Pedro Pablo Kusckyznski, Mario Vargas Llosa, Enrique Ghersi, Ricardo Soberón, entre otros. Todos ellos creen que debatir la legalización del cannabis permitiría enfrentar verdaderamente la problemática de la salud y de la seguridad, asociadas al consumo de drogas.
¿Quién dijo que no existían propuestas serias de regularización de la marihuana? Luis Gavancho cree en un modelo de legalización que puede ser sostenible en nuestro país. Él converso con LaMula.pe para dejar en claro la propuesta de su organización: la regulación del mercado de la marihuana en el Perú, a través de "los clubes sociales de cannabis y el autocultivo".
"Nosotros no compartimos la propuesta de Uruguay donde el Estado suministra a los usuarios directamente, con la marihuana que siembran en predios militares", dice. Los clubes sociales son "más sencillos de regular", además que se realiza una "relación directa entre usuario y el productor".
¿A qué se refiere Gavancho con 'clubes sociales'? La Coalición Europea por Políticas de Drogas Justas y Eficaces (ENCOD) lo describe así: "compuesto por socios-miembros, ciudadanos adultos, que organizan el cultivo de un monto limitado de cannabis para satisfacer sus necesidades personales".
El club establece un circuito cerrado entre los productores y los consumidores, en el que se cumplen ciertos requisitos relativos a la salud, la seguridad, la transparencia y la rendición de cuentas. El modelo al que se refiere Gavancho es el de los conocidos clubes sociales de cannabis vascos, en especial, los de Bilbao, como el club Pannagh y Helbers.
"Son modelos cerrados, funcionan bastante bien en cuanto a prevención. Estos clubes no se suministran del mercado negro, al menos en el caso Bilbao. Hay otros países que están interesados en aplicar el modelo de clubes en Europa. De hecho se ha llevado a otros países, como Bélgica. Holanda también está interesado", comenta. Holanda, paradigma de legalización de la marihuana en el mundo, empieza a considerar alternativas a su modelo de coffee shops, aquellos que han generado, en cierta medida, el llamado 'turismo de drogas'.
Sobre los proyectos de legalización de la marihuana en distintos países de Latinoamérica, como en Chile (uso medicinal), Brasil (regularización del mercado), México (legislar a nivel local y federal), Uruguay (provisión estatal), Gavancho considera "inseparable" el aspecto de prevención y tratamiento con el de un proyecto de regularización.
"El modelo de clubes sociales, a un precio que compite con el mercado negro, genera una ganancia extra y esa ganancia se destina a programas de prevención y de tratamiento, en los casos de los clubes sociales de Bilbao", dice. El coordinador general de Legaliza Perú se muestra optimista sobre la sostenibilidad de este modelo: la facilidad para regular, la relación directa entre el consumidor y el productor, el autocultivo en función de la necesidad de los miembros, y la inversión en tratamiento sobre los mismos ingresos que genera el club.
El oscurantismo de Devida y Cedro
La política de lucha contra las drogas y el narcotráfico liderada por Devida y la Presidencia del Consejo de Ministros ha generado dudas, críticas y desconfianza entre las autoridades en materias de drogas y también en sectores civiles dialogantes.
Recordemos cuando el ex director de Devida, y especialista en temas de narcotráfico, Ricardo Soberón, propuso a la institución, a la que sirvió durante un tiempo, que se abriera un foro de debate para discutir la problemática de la marihuana. A lo que él apuntaba era superar el enfoque reducido a erradicación, interdicción y criminalización, y abordar el asunto desde una preocupación por la salud pública, y desde luego, la seguridad.
Luis Gavancho es consciente de que mientras no haya un debate abierto, siguiendo una política internacional que ya algunos países han abandonado, no se va a trascender la criminalización injusta y no se podrá ir más allá de los prejuicios y mitos en torno a esta planta polémica para muchos, tan natural para otros.
"Informarnos con responsabilidad va a hacer que podamos elegir con libertad. Entonces, mientras más información haya, es mucho mejor. Pero Devida y Cedro dicen 'vamos a hablar de drogas ilegales y políticas de drogas', y hace un foro con veinte personas y solo entre ellos, como un eco. Allí no hay debate, allí no hay nuevas ideas. Allí solo hay oscurantismo", sostiene.
"El rollo de Cedro es 'nosotros vemos el tema desde un punto de vista médico', cuando es una falacia. Si tú prohíbes una sustancia y apoyas la prohibición, según ellos por un tema de salud, estás empujando el problema al ámbito de seguridad. Nosotros sabemos que el uso y abuso de ciertas sustancias, como el alcohol y demás, pueden causar problemas de salud. Pero no por eso vamos a prohibir el alcohol para generar un problema de seguridad enorme, como es lo que está pasando ahora", argumenta.
"Nosotros queremos desvirtuar esa falacia públicamente. Pero los señores de Devida y Cedro no nos dan pie, no aceptan el debate, les mandamos cartas, abrimos el diálogo, pero nada. Es una contradicción total que ellos digan que es un problema de salud, cuando están empujando a los usuarios al mercado negro", sentencia.
Más allá de zonas grises
El Código Penal no considera delito la posesión de menos 8 gramos de marihuana para el consumo personal. Sin embargo, sí se sanciona su comercialización, y también su cultivo (revisar Código Penal). Entonces nace la cuestión: si puedo consumirla y el Gobierno no me penaliza por ello, ¿cómo conseguirla sin caer en prácticas ilegales?.
Para Legaliza, esta es una ley "mal dada", pues existe una "no correspondencia entre el artículo 296 y el 299". A pesar de esta incongruencia sobre el consumo y adquisición de drogas, la insistencia de Legaliza Perú apunta sobre todo al diálogo y a que sus propuestas sean tomadas en cuenta por el sector oficial.
"Desde el Centro de Investigación hay una iniciativa, una ordenanza a nivel de comisarías, que es una especie de protocolo para detenciones de usuarios de drogas. A los usuarios no se les debe detener, primero, porque está despenalizado", dice. Pero para la policía no es tan difícil considerar a un consumidor de marihuana como un potencial comercializador.
"La detención preventiva dice que las personas inculpadas sospechosas de tráfico de drogas pueden estar 15 días privados de libertad, y los malos elementos policía utilizan a los usuarios de caja chica, los extorsionan. Así el usuario no tenga una cantidad que indique tráfico ilícito de drogas, igual va a ser investigado", comenta.
Por otro lado, las Cortes de Drogas -que atienden a personas que han cometido delitos menores vinculados a las drogas, con el objetivo de evitar que ingresen al sistema carcelario, o de paliar las penas- para Devida son un modelo que otorgan resultados positivos en materia de rehabilitación. Para Gavancho lo único que consiguen, contrario a sus intenciones, es reforzar los procesos penales, pues "enfocan al usuario en un proceso penal y se criminaliza más a los usuarios". Para Ricardo Soberón se trata de una política de "tratamiento compulsivo"-.
"En Estados Unidos este sistema de Cortes lo que ha hecho es llenar las cárceles. Lo que se quiere es proporcionalidad en las penas, descongestionar el sistema penitenciario", dice Gavancho.
Latinoamérica hace su camino al andar
El liderazgo de José Mujica en Uruguay para invocar el debate y la posterior legalización del consumo, cultivo y distribución de la marihuana en su país, ha renovado la visión de algunos políticos latinoamericanos, quienes miran el caso uruguayo como un experimento que les dará la pauta para repensar las conservadoras políticas contra las drogas en sus respectivos países.
[Ver: La legalización de la marihuana en América]
Luego de la legalización de la marihuana en Estados Unidos, en Europa, Latinoamérica es "la punta de lanza del movimiento cannábico" para Gavancho. "Ya Estados Unidos que es el principal propulsor de las políticas prohibicionistas en el mundo, está dando un paso al costado. No puede importar un modelo que no es útil para ellos: el principal propulsor de la prohibición está legalizando las sustancias. Es una marea incontenible. El país que no se adscriba a estas políticas no va a poder tener una sostenibilidad en el asunto de políticas de drogas", sostiene.
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