La violencia en el colegio está marcada por la imposición del más fuerte, por la bravura que humilla a un personaje que es considerado inferior, débil. Esta lógica se puede apreciar en las diversas representaciones literarias que se han hecho del bullying- aunque la denominación con este término sea más bien reciente. 

En Los ríos profundos la llegada de Ernesto genera una serie de reacciones violentas de sus compañeros de colegio, marcándose una diferencia que lo convierte en un "extranjero". Esta tensión generará los conflictos con Lleras y Rondinel.  

Si bien en la novela de Arguedas este hostigamiento cesa y, finalmente, se crea un clima de camaradería entre los alumnos, sabemos que este resultado es siempre un anacronismo. Las más de las veces todo sucede como en el cuento "Paco Yunque" de César Vallejo. Un pasaje de este cuento, escrito en 1931, parece bien describir los casos de bullying que vienen ocurriendo en estos días: 

Mucho rato estuvo así jugando Humberto Grieve con Paco Yunque. Le dio como veinte saltos y veinte patadas. De repente se oyó un llanto.

El cuento de Vallejo es una alegoría del abuso del poder en su faceta más destructiva, más deshumanizada. Hay un placer en la victimización de Paco Yunque, en reducirlo a un objeto que solo cobra sentido cuando es violentado. Paco Yunque solo existe para Humberto Grieve en tanto que lo golpea. 

Salvo los intentos de Paco Fariña (ciertamente inútiles) nadie lo defiende, incluso el símbolo de orden, el profesor, se obnubila ante el poder de la familia de Grieve. Considerando esta situación en nuestra actualidad es innegable que en muchas ocasiones el profesor ignora la violencia del aula y no identifica a tiempo el caso de bullying o tal vez le preocupe poco. 

Quien mejor ha expresado la crudeza de la violencia estudiantil ha sido Mario Vargas Llosa en La ciudad y los perros. La iniciación de los cadetes en el mundo militar se define por un ritual de hombría cuyo primer paso es la animalización de las víctimas. Atendamos sino este pasaje: 

–¿Usted es un perro (1) o un ser humano? –preguntó la voz. 

–Un perro, mi cadete. 

–Entonces, ¿qué hace de pie? Los perros andan a cuatro patas. 

Reducidos a "perros" son sometidos a todo tipo de vejámenes y servilismos, como “fornicar con una almohada” y “beber orines”. El resultado de esta violencia es la configuración de un personaje como El esclavo, hechura del maltrato y abuso, siempre bajo el oprobio de los demás. 

Si para la semiótica la identidad se logra a través de la repetición entonces la recurrencia del bullying pudiera determinar que hoy  los casos de Paco Yunque y El esclavo proliferen en las aulas.