#UniónCivilYa: Razones para tomar la calle
Hoy es la "Marcha por la Igualdad" a la que ha convocado el colectivo Unión Civil Ya, junto con otras organizaciones, en apoyo al proyecto de ley de Unión Civil presentado por el congresista Carlos Bruce, que debe entrar pronto a debate en el Congreso. La cita en Lima (hay marchas paralelas en varias otras ciudades del país) es a partir de las 3 de la tarde, en el parque Washington.
La agenda es clara. El proyecto del congresista Bruce concederá a las parejas homosexuales beneficios que hoy son exclusivos para las que no lo son, como acceso conjunto a la seguridad social, visitas íntimas en hospitales, la facultad de tomar decisiones de vida o muerte en casos extremos, reconocimiento legal de los bienes mancomunados, y muchos otros. Estas, en sí mismas, son buenas razones para marchar.
Pero hay otras, más generales, que deberían llevar hoy a las calles a una multitud de peruanos y peruanas. Porque este no es un tema de preocupación o interés exclusivo para la comunidad LGTBI y sus organizaciones. Es un tema que nos concierne (y nos afecta) a todos.
Si quieres vivir en un país cuyos ciudadanos son, sin excepciones, iguales ante la ley, debes marchar esta tarde.
Si quieres vivir en un país donde las políticas sociales no sean dictadas por una iglesia u otra, y donde las leyes no se guían por lo que dice un libro escrito hace más de dos mil años, debes marchar.
Si quieres vivir en un país que reconoce, respeta y protege a sus minorías, en vez de hacer referéndums para negarles derechos, beneficios y libertades que la mayoría si tiene, debes marchar.
Si crees que todos los ciudadanos tenemos el derecho de elegir cómo y con quien formamos una familia, sin que nos lo impidan quienes piensan de modo distinto, debes marchar.
Si crees que el amor entre dos personas, realizado a plenitud y reconocido por la sociedad, nos hace mejores a todos, debes marchar.
Porque la igualdad no es, no debe ser, únicamente una preocupación de la minoría, sino una preocupación de todos, pues todos perdemos cuando la sociedad discrimina entre sus ciudadanos sobre la base de prejuicios o de preferencias religiosas, por muy mayoritarias que estas sean.
Sal a la calle hoy, entonces. Para que quienes tienen el poder de corregir una injusticia escuchen tu voz y no sólo la de quienes, desde sus púlpitos y tribunas, piden que esa injusticia continúe.