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“Somos una suerte de Pasaje 18 a nivel cultural”

La Mula entrevistó a Alejandro Legaspi, miembro fundador del Grupo Chaski que este año celebra los 30 años de "Gregorio" y los 25 de "Juliana", películas que llevaron a más de un millón y medio de espectadores a las salas de cine en los años ochenta.

Publicado: 2014-04-12

Alejandro llegó de Uruguay al Perú hace más de treinta años persiguiendo el sueño de hacer cine. Junto a un grupo de amigos inició el proyecto Chaski, que produjo más de una docena de documentales, cortometrajes y algunas de las películas más emblemáticas del cine peruano. El tiempo no ha hecho sino curtirlo para seguir con la misión que se ha autoimpuesto: hacer que el cine latinoamericano llegue a aquellos lugares en que antes era imposible ir a una sala de cine, pues no las había, y a los que ahora solo llega el llamado cine comercial. En unas semanas Alejandro empezará el rodaje del nuevo largometraje del grupo Chaski, que ha previsto estrenar La última noticia en 2015, y a diferencia de Gregorio y de Juliana, esta vez han decidido trabajar con actores profesionales como Pierto Sibille, Carlos Cano y Stephanie Orué. La película está ambientada en los primeros años del conflicto interno.

Fotos: Ana Cabrera


Alejandro, tú tienes una formación de documentalista en la Cinemateca del Tercer Mundo. ¿Dirías que esa es tu gran pasión?
Me podría considerar una suerte de documentalista que de vez en cuando incursiona en la ficción. Estoy con un pie en cada lado. Y de hecho, las ficciones que he realizado siempre tienen algo de documental.
Tras la clausura la Cinemateca del Tercer Mundo decides venir al Perú en 1974. En ese momento también se vive en una dictadura, llegas cuando Morales Bermúdez está por darle el golpe a Velasco; ¿qué te hizo decidir venir al Perú?
Pasé de dictadura a dictadura. Aunque, por lo menos con respecto a la cultura y al cine, eran muy distintas. Si en Uruguay se reprimía y encarcelaba a la gente de cine, en el Perú la dictadura daba una ley de fomento del cine. Desde ese punto de vista, no de otro, claro, era distinta. La decisión de venir a Perú tiene que ver un poco con la casualidad. Y es que un año antes había llegado a Uruguay un productor de cine peruano que andaba buscando personal. En ese momento no me interesó venir pero me dejó su tarjeta. Luego las cosas se complicaron mucho políticamente. Salí por Argentina y lo llamé desde allí para preguntarle si seguía en pie la oferta y me dijo que sí. Y así me vine, y nos vinimos, porque arrastré a muchos uruguayos…
Durante esos años formas la productora Marcha…
Se trataba de un proyecto que nos permitía acogernos a la Ley de cine. Empezamos haciendo cortometrajes. 
Estuviste en Perú hasta el 79, año en que partes a Nicaragua donde filmas el documental "Victoria de un pueblo". Me resulta muy interesante este hecho en tu biografía: sales de la dictadura uruguaya para ser testigo en Perú de la transición de la dictadura de Velasco a la de Morales Bermúdez y de ahí partes a Nicaragua, para registrar la revolución sandinista contra Somoza…
Tiene que ver mucho con la época, la edad, las frustraciones y finalmente en Nicaragua se estaba dando un proceso que me parecía muy interesante. Entonces me propusieron entrar a un colectivo que estaba haciendo un documental. La idea era ir a Nicaragua junto a otros documentalistas y registrar el proceso que aún no se sabía cómo iba a terminar. Estuvimos, junto a Mario Jaki, hasta que terminó la guerra y regresé a Perú. Luego de que los sandinistas ganan y Ernesto Cardenal asume como Ministro de Cultura y nos invita a hacer unos talleres porque estaban formando el instituto de cine y en esta visita conozco a Peter Lilienthal, quien me habla de su proyecto...
"Insurrección", que es la película posguerra.
Los sandinistas hacían de somocistas, el nuevo ejército hacía de “malo”, por decirlo de alguna manera. Luego de eso me ofrecieron quedarme en Nicaragua, pero mi familia estaba aquí en Perú. El Perú ya había empezado a ser mi país. Así que en cuanto acabó el rodaje, aproximadamente un mes y medio, decidí volver a instalarme aquí.
Retornas al Perú y junto a Fernando Espinoza, Stefan Kaspar, María Barea y Fernando Barreto fundas el Grupo Chaski; con la idea de realizar sus proyectos mediante el método de creación colectiva.
El que inicia este proyecto es Stefan, él llega de Suiza con la idea de formar un grupo. Traía algunos equipos; cámara, una grabadora, y un poco de dinero para iniciar este proyecto. Empieza a vincularse con la gente que también hacía cine en Perú…
¿Qué había antes en Perú? Es decir, su propuesta de hacer una especie de cine neorrealista con actores que no eran actores profesionales, sino, en el caso de "Gregorio" y de "Juliana", por ejemplo, se trataba de niños de la calle representándose a sí mismos en la pantalla…

La propuesta cinematográfica tienen mucho que ver con la influencia del neorrealismo italiano y también con todo lo que se generó entre los años 60 y 70 en Latinoamérica, en Argentina, Uruguay, como el Cinema Novo en Brasil. Había toda una corriente de cine de protesta entonces que no se daba en el Perú, el país estaba fuera de sincro, para decirlo de un modo cinematográfico, pero no solo en el cine, sino en varios ámbitos; por ejemplo, mientras en los demás países de la región se empezaban a consolidar dictaduras de derecha, en Perú estaba gobernando una dictadura de izquierda. Nosotros empezamos en el 82 con este cine, pero esto ya se había dado en los demás países, así que podría decir que cuando menos en Perú sí es un primer momento.

Hablemos un poco de los largometrajes. Este año Gregorio cumple treinta años y Juliana veinticinco. Se trata de dos películas emblemáticas en el cine nacional…
No fueron hechas para ser emblemáticas, ni lo soñamos. Gregorio fue una gran sorpresa para nosotros desde el punto de vista del público…
"Juliana" tuvo cerca de 600 mil espectadores…
Gregorio tuvo cerca de un millón de espectadores. Una cifra impensable para una película en la que no había mayores atracciones en cuanto a actores... Sin embargo cuando empezamos a pegar afiches en las salas, porque la propaganda la hacíamos nosotros, inmediatamente la gente venía y se quedaba mirando esa imagen y se bromeaban entre ellos…
¿Crees que por primera vez personas que pertenecen a la tercera gran oleada de migración de las provincias a Lima, por fin se sienten retratadas en la pantalla gigante? Personas que son las que terminan de configurar el rostro de la actual Lima con casi 10 millones de habitantes que tenemos hoy por hoy.
Definitivamente era la coyuntura. Nada planeado, solo coincidieron varios factores. Perú empieza a cambiar. Frejolito está en la alcaldía, se da el tema migratorio que comentas.
Luego llegaría "Juliana..."
Una cosa arrastra a la otra. El éxito de Gregorio permitió al poco tiempo hacer Juliana que ganó muchos premios y tuvo infinidad de pasadas en la televisión. En fiestas patrias pasaban siempre Gregorio y Juliana como en Semana Santa Los Diez Mandamientos o Ben-Hur.
Hablamos del gran éxito comercial que tuvieron los dos largometrajes de Chaski, pero de todas maneras ustedes siempre han creados espacios alternativos para mostrar no solo sus producciones sino otros documentales y películas latinoamericanas.
Desde un comienzo en Chaski, con Stefan y Fernando, el plan era hacer películas y difundirlas, por un lado a través del circuito comercial y por otro crear un área que se llamaba de “Difusión Popular”, que consistía en ir con proyectores a lugares alejados, sobre todo de la sierra, donde no habían salas de cine y hacerle ver a la gente de la comunidad no solo películas nuestras sino de cine latinoamericano. Eso lo mantenemos hasta ahora, aunque la idea cambió a crear salas con cierta autonomía. Este proyecto está en distintas regiones, nosotros los apoyamos con películas y ellos se autofinancian cobrando entradas, costos mínimos, pero que les permite también desplazarse a otros lugares. Este es un trabajo que debería hacerlo el Estado, como en Brasil, donde se han creado cientos de cines comunales a través de los municipios. Pequeñas salas donde se exhiben películas brasileñas y latinoamericanas.
Esta quizá sea una pregunta ociosa, pero, ¿por qué es importante hacer esto? ¿Por qué si el Estado no llega, como debería ser su trabajo, alguien se anima a cubrir ese vacío?
Porque todo lo que uno ha aprendido y conocido a través del cine es importantísimo. Piensa lo que ha significado para ti, por ejemplo, culturalmente, emocionalmente el cine… ¿por qué habríamos de privar de eso a personas que no tienen la posibilidad, como tú o como yo, de ir a una sala y pagar su entrada. Además, ya en cuanto a nuestro trabajo, es importante sobre todo ver películas que no se ven con facilidad en el Perú... Somos una suerte de «Pasaje 18»…
Bueno, para muchos la única oportunidad de ver cine fuera de lo comercial es a través de copias piratas que han terminando generando una industria alternativa que en muchos casos es apreciada incluso por lo propios realizadores que dejan sus películas en Polvos Azules, ya que de otra manera no podrían ser vistas.
Quiero hacer una salvedad: somos una suerte de Pasaje 18 a nivel cultural, pero le pagamos a los realizadores. Es decir, una cuota de lo que se saca, que es pequeñísima, quizá a ellos no les sirva para nada pero se los enviamos y quedan muy contentos…
Es un tema de gesto, finalmente.
Exacto. Es un tema de gesto, porque quizá ese dinero con suerte le alcance para tomar unas cervezas pero quedan contentísimos. Es un tema de gesto, en alguna medida. Un tema de que tiene que ser así. Pagarse, aunque sea ínfimo…
¿Qué tan importante es seguir haciendo un tipo de cine comprometido con el entorno social? Está claro que el arte no cambia la sociedad pero sí puede cambiar una vida…
Hay una definición de Alsina Tevenet, él decía que “las películas tienen tres posibilidades: O entretienen, o emocionan, o hacen pensar. Si tiene una de ellas la película es buena. Si tiene dos es muy buena. Si tiene tres es una obra de arte. Pero si no tiene ninguna es una porquería”. A mí, de esas tres la última me importa mucho…
Esa es la misión del arte, si alguna tiene, hacerte cuestionar antes que proponerte una respuesta.
Y claro, ¿quién es uno para “tener una respuesta”?
Volvemos a Juliana. Hacia el final pareciera que se esboza una respuesta, de algún modo elusiva, onírica, a través de la visión de los niños que contrastaba con el hiperrealismo con que se hizo la película hasta ese momento, ¿estaba ese final en el guion? ¿Crees que por la coyuntura se necesitaba hacer este final que daba cierta esperanza?

Ha pasado mucho tiempo, pero definitivamente ese final estuvo desde el comienzo. Muchos criticaron ese final. A muchos les gustó y muchos lo cuestionaron. A mí me dejó un sabor agridulce. Pero claro, ese es uno de los temas de la realización colectiva donde finalmente tienes que tranzar ciertas cosas. Me gusta mucho más el final de Gregorio, que dice, mientras viaja en un micro: “A veces tengo ganas de…”. Ahora estoy en la misma disyuntiva con la nueva película…

Claro, están próximos a empezar el rodaje de "La última noticia". Cuéntame un poco. Está ambientada a comienzos de los 80…
La película transcurre en una ciudad de los Andes, cuando Sendero comienza sus acciones y se produce la reacción del ejército, lo que propicia el inicio de la guerra interna. La película habla de la vida de tres amigos y cómo van a ser afectados por la coyuntura por más que, en apariencia, estos chicos no tengan nada que ver, al menos no directamente, con la guerra. La historia comienza en el año 81 y termina en el 83; es decir, en ese contexto cómo darle un final feliz. Feliz se lo puedes dar en el 93…
Ni tanto, aún nos quedarían 8 años más de Fujimori…
¡Bueno! [Risas] Al menos entonces uno podía imaginárselo. Y claro, no nos queda sino reformularnos la frase de Vargas Llosa:“¿Cuándo se siguió jodiendo el Perú?”.
Si tuvieras que pensar Chaski retrospectivamente. ¿Qué crees que no llegaron a hacer? ¿Crees que fallaron en algo?

No. Yo creo que no hemos fallado. Simplemente, lo que yo siento es que lo que hacemos es muy pequeño. Que no alcanza. Que uno necesita más apoyo. Entonces no es que fallaste sino que no pudiste hacer más.

Lee también en LaMula.pe:Chaski: Mensajeros del cine "Yo no hago cine, el cne me ha hecho a mí"

Escrito por

Víctor Ruiz Velazco

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Publicado en

Redacción mulera

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