Uno debe ir preparado a un pogo. Es más, sin exagerar, poguear es un arte. No solo se trata del golpe sin más sino de la vibra, de la camaradería, de la energía brotando al ritmo de la música frenética. Acaso tenga muchos de las danzas báquicas y en aquellos movimientos haya mucho de ver con la catarsis.   

Esto es lo que nos muestra el artista Dan Witz en su reciente exhibición: NY Hardcore. Se trata de cuadros hiperrealistas que enfocan la furia de las multitudes en los conciertos. La experiencia de Witz en las puestas en escenas de las bandas post-punk en los 80 (de hecho él también es músico) se refleja en cada uno de sus trabajos, expuestos hasta el 3 de mayo en la Jonathan LeVine Gallery.

Witz enfatiza la vitalidad de las mezclas, de los cuerpos acoplados configurando una masa amorfa con puntos de fuga, partículas enredadas se diría; conjunto heterogéneo muy a lo Bosco o Brueghel (pintores que él ha reconocido como sus influencias). Al respecto, y ya alejados del pogo, pueden apreciarse los cuadros de mujeres, roedores y perros, donde los cuerpos se vuelven pliegues.

                                                             LA FURIA

                                                CUERPOS MEZCLADOS