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Venezuela en el mapa político peruano

¿Por qué existe un excesivo interés hacia el país petrolero en la agenda política de la derecha?

Publicado: 2014-04-09

"Es triste y vergonzoso que los Gobiernos latinoamericanos mantengan esa neutralidad ante lo que está sucediendo en Venezuela". Estas palabras del escritor Mario Vargas Llosa retumbaron el auditorio de la Universidad de Lima. Poco después, el público ovacionaba a la congresista venezolana María Corina Machado tras una ampulosa presentación de Álvaro Vargas Llosa, en la que comparaba a la diputada con los libertadores y aseguraba que "si el mundo no estuviera al revés, ella sería hoy secretaria general de la OEA o presidenta de Venezuela". 

Mientras esto sucedía en un seminario organizado por la Fundación para la Libertad en Lima, el Congreso venezolano destituía a Machado como diputada. Justo al finalizar el evento, tres parlamentarios peruanos: Martín Belaúnde (Solidaridad Nacional), Luis Galarreta (PPC-APP) y Cecilia Chacón (Fuerza Popular) tomaban una decisión: unirse a Machado en el vuelo que la llevó de regreso a su país porque era “absolutamente imprescindible”, según justificaba Belaunde.

Cornelia Schmidt Liermann (PRO-CABA), junto con Adrián Oliva (Bolivia) y Cecilia Chacón en la haya / twitter de chacón

La cosa no queda allí. Ayer, Cecilia Chacón, junto con una comisión multinacional de parlamentarios de la derecha latinaomericana, pidió a la Corte Penal Internacional de La Haya que investigue al presidente de Venezuela Nicolás Maduro y a funcionarios de su gobierno por presuntos crímenes de lesa humanidad -¿no suena a incoherencia?-.

A pesar de que muchos no logren entender la lógica de estos parlamentarios, el politólogo canadiense Maxwell A. Cameron explica, en una entrevista a LaMula, cómo esta repentina acción no se aleja tanto del modus operandi en el que se mueve la derecha peruana. "Hace varios meses, estuve en una reunión con venezolanos y peruanos. Me llamó la atención como varios congresistas peruanos hablaban de que el opositor Henrique Capriles era muy suave en sus acciones y que Venezuela necesitaba un líder más fuerte para sacar a Maduro del poder. Era un discurso bastante golpista”, sentencia.

Estos son algunos ejemplos de cómo la crisis y la escalada de violencia que vive Venezuela -que por el momento ya ha dejado 39 personas muertas- han tomado una relevancia notoria en el panorama político peruano, al punto de tratarse como un asunto de política interna de máxima importancia. 

Y es que lo ocurrido en Venezuela ha dividido en orillas irreconciliables a los partidos y pensadores de derecha y de izquierda. Nos encontramos ante una izquierda que, salvo sectores como Fuerza Social, no ha dudado en posicionarse en una defensa acérrima al régimen de maduro (ver el comunicado del Frente Amplio), frente a una derecha que no ha escatimado esfuerzo alguno para calificar en todos los foros y medios de comunicación existentes al gobierno venezolano como un régimen autoritario –y además aludiendo a argumentos como la violencia y muertes de los manifestantes, la criminalización de la protesta, el encarcelamiento de dirigentes, la censura de los medios, los abusos del régimen o la corrupción en el Gobierno-. El resultado: pareciera que el país petrolero es una provincia más del Perú.

Pero, ¿cuál es el motivo de este excesivo interés de la derecha peruana? ¿Realmente se trata de una crítica al régimen autoritario venezolano? Tal y como señala Steven Levitsky, politólogo y profesor de Harvard University, resulta irónico que nuestra derecha denuncie a Maduro y no muestre interés en lo que ocurre con el autoritarismo regional de Áncash –y eso que el régimen de la región es más violento que el chavista, que no ha asesinado a candidatos de la oposición-.

Entonces, descartando una concordancia en las denuncias de la derecha hacia regímenes ‘autoritarios’, ¿por qué este protagonismo de Venezuela en la agenda política? Steven Levitsky señala que se trata de una combinación de elementos: “(1) un fuerte anti-izquierdismo en general y (2) un miedo de que se produzca un giro chavista –casi paranoico-”.

Anti-izquierdismo

En la reunión de la Fundación para la Libertad no faltaron representantes de la derecha más conservadora, que enfocaron sus ponencias en cómo el neoliberalismo puede enfrentarse y sobrevivir en un escenario regional de predominio político e ideológico contrario. Y es que, más allá de sus diferencias (el "socialismo del siglo XXI” de Hugo Chávez, y sus aliado por un lado, y la socialdemocracia bacheletista y lulista por otro), la izquierda se ha consolidado en Sudamérica durante la última década, lo que incomoda a los sectores más conservadores temerosos de que los mercados se cierren.

Pero en el caso peruano la situación se complejiza y el rechazo es mayor que en otros países de la región. “Quizás debido a Sendero y la profundidad de la crisis en los 80, el anti-izquierdismo y el miedo a la izquierda es muy fuerte en el Perú. Y yo diría que existe en todas las facciones de la derecha”, explica Levitsky.

El miedo

No obstante, esta fascinación por la situación venezolana no es nueva. Se remonta al proceso electoral del 2006, marcado por los estrechos vínculos entre Ollanta Humala y Hugo Chávez —con acusaciones de financiamiento de campaña por medio— y que además fueron determinantes para la derrota de Humala contra Alan García en la segunda vuelta. 

Así, la supuesta simpatía que el presidente guarda por el régimen chavista es un flanco que la oposición peruana no duda en explotar. Y es que el tema de Venezuela gira en torno a Humala, señala el politólogo Carlos León Moya a LaMula.pe. “Se trata de una estrategia para marcar la cancha a Humala con el propósito de que aplique políticas de centro-derecha”, indica. El objetivo: “presionar al presidente para que rompa o aleje relaciones con Venezuela”.

Sin embargo, Humala no ha hecho caso al pedido. Por el momento ha eludido las exigencias de condenas en un ejercicio de equilibrismo político. Recordemos como hace un mes, la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso aprobó un pronunciamiento por la situación de Venezuela y pidió que el tema se tratara en una reunión de la OEA. Entonces, la única bancada que no votó a favor fue justamente la oficialista, que criticó el texto, considerando que se trataba de una intervención en asuntos internos, y finalmente se abstuvo.

Alan García afirmó entonces a través del Twitter que: “El Gobierno no defenderá la democracia en Venezuela porque saldrían los recibos de los millones que le dio el chavismo en el 2006 y 2011”. Por su parte, el fujimorismo también pidió a través de Keiko Fujimori que el Gobierno haga una enérgica condena.

Días antes, durante el mitin por el día de la Fraternidad del Partido Aprista, García iniciaba su discurso condenando al régimen venezolano, al que calificó de "una dictadura que cancela derechos como la libertad de expresión y que gana mediante fraudes” -y de paso también criticó duramente la actual gestión de Humala-.

Sin embargo, León Moya aclara que la postura del gobierno no significa que su política exterior tenga una visión más cercana al chavismo puesto que “está claro que en sus acciones busca fortalecer y alentar las inversiones: abrirse al mercado y afianzar la Alianza del Pacífico”.

En la misma línea, Cameron destaca la preocupación del sector empresarial y de derechas de que Humala deje de lado la actual hoja de ruta neoliberal y aplique un modelo más próximo al estilo bolivariano, similar a la imagen con la que se presentó en 2006. “El chavismo ha levantado miedo en sectores empresariales y de derechas de Perú y de toda la región", señala el analista.

Es más, indica que existe el temor de que surja una demanda desde la ciudadanía de izquierdas reclamando reformas profundas que busquen superar los viejos anclajes y decisiones de Humala. "El presidente está rodeado de tecnócratas que no tienen ningún interés de hacer reformas. Eso es porque está arrinconado y en presión permanente por los sectores conservadores que lo quieren bloquear de cualquier movimiento que se asemeje a una reforma bolivariana. Es tan importante para ellos evitar que el modelo chavista llegue a Perú como evitar que Humala sienta que existen demandas de reformas por parte de un sector de la población", explica.

Todos con Venezuela

Más allá de los diferentes medios para expresar el rechazo a Maduro, Venezuela es un tema que unifica a la derecha, señalan los analistas consultados por LaMula.pe. “Desde la llamada DBA hasta los liberales de verdad (los Vargas Llosa, etc.), Venezuela es un tema importante. No existe una división y todas las facciones de la derecha están unificadas. Es además de relevancia para toda la izquierda y derecha latinoamericana—un poco como Chile 1973 o Nicaragua en los 80—”, afirma Levitsky.

Para profundizar en esta situación, los medios de comunicación alimentan que Venezuela sea parte importante de la agenda y no escatiman en dar apoyo a la derecha —principalmente por parte del Grupo El Comercio—, cuyos intereses calzan (no hay más que leer sus editoriales sobre el país petrolero).

EL PRESIDENTE OLLANTA HUMALA Y ALFONSO GARCÍA MIRÓ, DE LA CONFIEP, EN OCTUBRE DEL 2013 / PRESIDENCIA PERÚ

Remitiéndonos a los hechos, más allá de la crítica hacia el tipo de régimen que opera en Venezuela, si sumamos el fuerte anti-izquierdismo junto con el miedo de que se produzca un giro chavista y una visión pragmática que comparte toda la derecha —representada por la CONFIEP (ver comunicado sobre Venezuela), el arzobispado de Lima, la mayoría de los medios de comunicación (controlados por el Grupo El Comercio) y sectores políticos como el fujimorismo o el aprismo— no sorprende que los mismos que con firmeza condenaron la represión chavista, apoyan la represión de las protestas cuando chocan con los intereses empresariales (Bagua, Conga etc). Su justificación calza con su visión de desarrollo: aquella que coincide a la perfección con los intereses empresariales. 

Por ello Venezuela deja de ser Venezuela para convertirse en la cruzada de la derecha por mantener el status quo. Así, el país petrolero se consagra ideológicamente como una provincia peruana.


Escrito por

Tamara Lasheras

Politóloga, amante de la música y el buen vino. Buscando formas distintas pero posibles de hacer las cosas.


Publicado en

Redacción mulera

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