El imaginario construido alrededor de Las Vegas, sobre todo a través de la ficción cinematográfica, ha llevado a que esta ciudad estadounidense sea asociada inmediatamente con el desenfreno, con el derroche e inclusive con la degradación moral; lo que hace de ella, en suma, una suerte de Sodoma y Gomorra posmoderna. 

El trabajo llevado a cabo por el alemán Steffan Böttcher, un conjunto de imágenes que se concentra en las situaciones que se presentan en los íconos más conocidos de Las Vegas: sus casinos, permite que el observador sea absorbido por el torbellino luminoso, pero lúbrico, de las salas de juego, de los escenarios y otros rincones más de aquel abigarrado universo.

De allí que la mayoría de fotografías revele un centro, a veces conformado por un elemento de mayor volumen o brillo que resalta sobre el resto de la escena, en torno al cual giran los demás aspectos de la realidad capturada por el lente de Böttcher, así como nuestra propia mirada. Que no sorprenda, entonces, si en un determinado instante uno se llega a sentir conducido por una marea de colores y texturas.

Otro aspecto que revelan estas imágenes es la transformación experimentada por los sujetos que son parte de ellas, devienen en manos que esperan ansiosas el momento de actuar —sea para impulsar una palanca, para lanzar una ficha, para alcanzar un cuerpo— o en cabezas hipnotizadas (sometidas) por el tintineo de las monedas y la contorsión de los cuerpos. 

Queda pendiente para el lector —también para el redactor— constatar qué tan cierta llega a ser tal idea en la realidad. Mientras tanto, se puede contemplar las imágenes preparadas por Böttcher.

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