Si hacemos una lista podríamos decir que las entrevistas que le hacen a Mario Vargas Llosa están llenas de lugares comunes. Una de las excepciones más memorables fue, indudablemente, la conversación que tuviera con Ricardo Cano Gaviria y publicada bajo el título de El buitre y el ave fénix. 

Uno de los tópicos recurrentes es preguntarle a MVLL por sus vínculos con Gabriel García Márquez. La periodista Milagros Leyva cayó en este clisé y Vargas Llosa tomó la postura que, desde hace años, mantiene: el silencio. Si bien contó una anécdota graciosa sobre aquella vez en que lo confundieron con Gabo, luego señaló: "la privacidad debe respetarse". 

Para quien quiera saber sobre la relación entre ambos escritores ahí está el diálogo que tuvieron en la Facultad de Arquitectura de la UNI los días 5 y 7 de setiembre de 1967 (vuelto a publicar el año pasado por ediciones Copé) y la tesis que el peruano dedicara al autor de Cien años de soledad,  primero titulada García Márquez: lengua y estructura de su obra narrativa y que, finalmente, se publicó como García Márquez. Historia de un deicidio (1971). 

Del encuentro que se realizó en Lima, publicado como La novela en América Latina, resalta el contraste entre los modos de escribir. Por una parte encontramos a un Vargas Llosa con una posición muy intelectual, tratando de descifrar los orígenes de Cien años de soledad, ante lo cual García Márquez, de manera contundente e irónica, respondía que nada de lo que Vargas Llosa decía era cierto y que, de serlo, jamás hubiera escrito su famosa novela. 

El premio nobel peruano prosiguió con sus pesquisas y analizó la obra de Gabo bajo la perspectiva de su teoría de los 'demonios' y de la novela total. Historia de un deicidio fue su tesis doctoral en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense, publicada luego en 1971 y que desde 1976 estaba sin reeditarse a pedido del mismo autor (solo ahora se ha vuelto a publicar como parte de sus Obras Completas en Galaxia Gutenberg). 

Definitivamente, se trata de un estudio profundo que nos presenta un detenido análisis de los cuentos y novelas de García Márquez, proponiendo que el trabajo del autor es un acto de rebeldía en tanto se trata de crear un "mundo-otro", por esto sostendrá: "Cada novela es un deicidio secreto, un asesinato simbólico de la realidad". 

El resto de lo que haya sucedido entre ellos, realmente, es parte de la chismografía que bien puede abordarse en franchelas literarias, pero no en una entrevista al autor. De hecho, volver a este tema debe serle incómodo a Vargas Llosa por toda la leyenda urbana que se ha creado al respecto -golpe y faldas de por medio-. Su relación con Gabo sigue siendo una historia del silencio.