De manera simbólica y con la finalidad de mantener su memoria, los nombres de 18 personas que perdieron la vida durante de la violencia armada que vivió el país, serán colocados en las piedras del monumento El Ojo que Llora.

Las 18 víctimas individuales, son a la vez víctimas de tres casos colectivos: El de Putka, una comunidad ubicada en las alturas de Huanta, en Ayacucho, que fue escenario de una matanza. Decenas de campesinos fueron ejecutados el 25 de diciembre de 1984 por miembros de la Marina y del Comité de Defensa Civil de Ccanis.

El caso de Morcolla, un distrito de la provincia ayacuchana de Sucre, en donde Sendero Luminoso eliminó a cuatro autoridades locales durante los primeros años de los 80. El último caso, son los hechos ocurridos en el distrito de Huamanquiquia, también en la región Ayacucho, donde tanto militares como Sendero Luminoso asesinaron a decenas de campesinos entre los años 80 y 90.

Los familiares de las víctimas, el Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF), la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH), la Coordinadora Contra la Impunidad (CCI) y Caminos de la Memoria convocan a la población a participar del acto simbólico que se llevará a cabo el 5 de abril a las 2:00 p.m., en el monumento El Ojo que Llora, ubicado en el Campo de Marte, en Jesús María.

El Ojo que Llora, considerado patrimonio cultural, es un monumento a todas las personas que perdieron la vida durante de la violencia terrorista y represión estatal en el conflicto armado interno que vivió el Perú entre los años 1980 y 2000. El monumento central, obra de la artista plástica Lika Mutal, está rodeado por un laberinto circular de piedras pequeñas y planas, en ellas están grabados los nombres de las víctimas junto con la respectiva fecha de muerte o desaparición. 

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