Preservativos o tetillas mezcladas con robots y naves espaciales. Usar la imaginería erótica como un vehículo para la destrucción. El pintor norteamerciano Christopher Hungerman explora narrativas complejas para tratar la relación entre el sexo y la guerra. 

A través de sus pinturas, disecciona temas que engloban la política, la libertad y la tecnología. Mediante capas de composiciones caóticas y complejas presenta un conjunto de símbolos para explorar cómo interactúan las tendencias humanas innatas dentro de la estructura socio-política actual.  

Mientras algunos teóricos estructuralistas señalan que la violencia está condicionada a patrones del sistema, Sigmund Freud sostenía que "la violencia, individual o colectiva acompaña a la condición humana desde el origen de los tiempos". Esta "puede ser limitada, relativamente controlada, legalmente regulada e incluso castigada, pero nunca exterminada”, señalaba.

Y es que Hungerman comunica con sarcasmo la relación de los rasgos humanos biológicos innatos y las expectativas culturales construidas. Mediante la sustitución metafórica de lo "humano" por un "robot" su trabajo busca transmitir una perspectiva objetiva de cómo cada espectador vive, actúa y responde dentro de una esfera social existente.

Su obra presenta temas sexuales para adultos con una estética que recuerda los dibujos para niños, lo que permite censurar estos temas por la 'ingenuidad' de las imágenes. En esa misma línea el artista presenta su obra, con una narración verbal erótico-violenta: "Random Robot Attacks with Rubber Nipple Rangers Pulsating Pudgy Pawns, spewing spectacular spunkafurd specs Which castrate cuming armies and leave platoons a wreck......."

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