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heteronormatividad como respuesta dictatorial ante la homosexualidad. foto: steve walker artist

Homofobia: el factor legal

La jurisprudencia en contra del colectivo gay y sus derechos toma fuerza sobre todo en países con rígidas estructuras de gobierno.

Publicado: 2014-03-20

En un recuento de la dinámica normativa que da sustento a la ilegalidad en algunas naciones de la comunidad lésbica, gay, transgénero y bisexual (LGTB), se concluiría que poco se ha avanzado en el esfuerzo por promulgar estatutos que reconozcan derechos fundamentales de este segmento social. 

La correlación entre las tendencias políticas de los Gobiernos de estos países y la agarrotada percepción del colectivo LGTB, evidenciaría que serían los Estados más conservadores, inflexibles, dictatoriales y anquilosados religiosa y moralmente los que blandirían un puño de hierro contra la comunidad mencionada. Pero, habría algo más detrás de esta jurisprudencia.

De la Inglaterra victoriana a una Arizona bruta y achorada

A propósito de la reciente ley firmada por el presidente de Uganda Yoweri Museveni en febrero del presente año, norma que aplica penas privativas de la libertad por actos homosexuales, la racha de estatutos se ha difundido a Nigeria donde las penas de cárcel pueden llegar hasta los 14 años de encierro. El pasado 6 de marzo una corte nigeriana condenó a cuatro hombres a un año de cárcel, previamente fueron azotados en público. 

De acuerdo a Amnistía Internacional, la homosexualidad es ilegal en 38 de los 54 países africanos. Pero el brazo normativo va más allá de África. “El año pasado, Rusia promulgó una ley que prohíbe la ‘propaganda homosexual’ (…) en enero, el parlamento de la India se negó a considerar la abolición de una ley de 1861, aprobada bajo el gobierno colonial británico, que impone penas de prisión de diez años para los actos homosexuales. Egipto también ha sido parte de una ofensiva contra los homosexuales”, anota la activista pro derechos humanos Naomi Wolf.

Al respecto, Wolf señala que la explicación de tales leyes estaría enmarcada en el tradicional discurso moral y religioso como la implementación de una ordenanza en Arizona que permitiría a los dueños de negocios a no proveer de servicios a homosexuales, habida cuenta las creencias religiosas de los primeros. 'No acepto tu camisa sucia en mi lavandería porque mi iglesia pentecostal me dicta que la sodomía es pecado desde Noé', sería el mensaje.

No habría novedad en esto, anotando Wolf que la ley “…refleja una reacción popular orgánica ante una amenaza de los valores ‘tradicionales’…”. Sin embargo, el arrastre de una legislación que data, como en los casos africanos, hindúes y egipcios, de una jurisprudencia británica de la era victoriana colonial si llama la atención y merece en rigor un análisis en función al siglo XXI, los derechos fundamentales vigentes y las circunstancias políticas.

Lo que habría detrás de la jurisprudencia 'homofóbica'

La promoción de normativa anti gay podría ampararse en los recurrentes argumentos heteronormativos, morales y religiosos. Sin embargo, tras ello subyace un pasivo clave de la clase política en los países de legislación 'homofóbica' que podría formularse a través de la pregunta: ¿Es casual el hecho de que en naciones notoriamente de tendencia dictatorial y controlista esta jurisprudencia encontró suelo fértil?

De acuerdo a Wolf no. La activista rescata el siguiente discurso: “En Uganda, Nigeria, Rusia y la India (y, sí, en Arizona también), la legislación anti-gay ha servido a los que están más interesados en restringir la libertad en general. Las cautelosas leyes que dicen defender los valores locales, la religión, o la familia tradicional no tienen nada que ver con proteger a la sociedad de los gays, más bien tienen mucho que ver con la protección de los oligarcas y el miedo de éstos a las reacciones de la sociedad”.

Wolf pone como ejemplo la argumentación del parlamento ugandés, al referirse que la ley responde a la preservación de los valores locales ante la amenaza interna y externa del tradicional modo de vida heterosexual.

Lo subyacente en estas leyes estaría enmarcado más en una agenda política y dictatorial que en un hecho puramente ‘moral’ o ‘religioso’. ¡Por supuesto que ambos tópicos se erigen como caballitos de batalla en un añoso y anacrónico parecer!, pero la realidad podría circunscribirse a un deseo por controlar y aglutinar derechos no sólo de colectivos LGTB, sino de los demás estamentos de las sociedades establecidas bajo estos regímenes.

Más que miedo a un homosexual, tan sólo sería miedo a perder poder...

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Escrito por

Eduardo Recoba Martínez

Economista, periodista, docente. Corresponsal para Latinoamérica de iForex financial news, consultor y analista. Sígueme en @eduardo_recoba


Publicado en

Redacción mulera

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