Aunque pueda resultar exagerado para algunos, este es el tipo de "colonización" de territorios extranjeros que el Perú viene llevando a cabo desde hace unos cuantos años: la inauguración de restaurantes. 

Gastón Acurio acaba de hacerlo en Miami con La Mar by Gastón Acurio. Para ello, ha elegido el Mandarin Oriental, un hotel de cinco estrellas que albergará al restaurante dedicado principalmente a productos marinos, entre ellos el clásico cebiche.

Esta nueva sede de La Mar es bastante amplia, cuenta con asientos que tienen vista al mar desde el interior y al aire libre, además de tres surtidos bares como para encontrar el cóctel idóneo con el cual combinar los platos peruanos del restaurante.

Este es el tercer establecimiento gastronómico que Acurio abre en Estados Unidos. Los otros son La Mar Cebicheria en San Francisco y Tanta en Chicago. El jefe ejecutivo de La Mar es el chef Diego Oka, quien ha trabajado con Acurio desde hace más de una década.

Historia de éxito y confianza

Oka fue entrevistado por la Estación de NBC en Miami y contó cómo fue que conoció a Acurio: "Hace mucho tiempo —casi 13 años—, mientras yo estaba en la escuela culinaria, necesitaba completar una pasantía y mi sueño era hacerlo en Astrid y Gaston (restaurante emblema de Gastón en Lima). Un día, me encontré con Gastón en un supermercado y sin conocerlo personalmente me presenté y aproveché la oportunidad para pedir la pasantía. Después de varias preguntas ocasionales, me dijo que visitara el restaurante cuando tuviera tiempo. Eso fue un domingo y yo fui al día siguiente". 

Oka también señala que estuvo presente en la inauguración del primer La Mar en el año 2005, ubicado en Lima: "A partir de ahí, he estado en ciudades de México, Colombia, San Francisco y ahora Miami. Mi objetivo es transmitir la filosofía, las ideas, las recetas de Gaston y adaptar todos nuestros sabores peruanos".

Lo interesante de esta historia es que muestra que Acurio está formando a una nueva generación de chefs y trabajadores de la industria culinaria en una suerte de 'ideología de la gastronomía' —por buscarle un nombre—, compartiendo con ellos valores como la disciplina, la lealtad y el respeto por las raíces individuales.

¿Podemos sospechar, acaso, a partir de esta breve anécdota, del surgimiento de un 'pensamiento Gastón Acurio'?

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