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intensa mirada e incertidumbre: niño sirio refugiado en líbano a la espera de un programa educativo que le brinde un poco de esperanza. foto: guardianlv.com

Devastación educativa en Siria

A tres años de conflicto, el país persa enfrenta un escenario poco auspicioso para su niñez en edad escolar.

Publicado: 2014-03-18

Los objetivos de desarrollo del milenio de las Naciones Unidas (UN en inglés), deberían cerrarse para el 2015. Con 1,500 comunidades desplazadas a raíz de sangría desatada en Siria donde el 20% de esta muestra son niños y niñas con estudios escolares truncos, el reloj juega en contra de las ‘metas del milenio’ y sobre todo de los infantes refugiados. 

Programa en ciernes

“Resulta escandaloso que tres millones de niños sirios estén ahora desplazados. Más de un millón de ellos han huido de Siria y están empantanados en campamentos de los países vecinos, en particular el Líbano, Jordania y Turquía. Esos niños están sufriendo ahora un tercer invierno lejos de sus hogares, escuelas y amigos. Muchos de ellos están separados de sus familias y otros millares engrosan todos los días las filas de las personas desplazadas en lo que está llegando a ser la mayor catástrofe en materia de asuntos humanitarios de nuestro tiempo”, señala Gordon Brown, exprimer ministro inglés y enviado especial para la educación global de las UN.

De acuerdo a Brown, se viene trabajando con posibilidades de éxito en un proyecto educativo para los niños sirios refugiados, programa que bien podría aliviar la situación antes descrita.

La iniciativa educativa al que hace referencia el alto funcionario, tiene como objetivo proveer de módulos pedagógicos básicos para este sensible segmento de la población: la población infantil en Siria.

Sin embargo, la etapa de levantamiento de fondos para el esquema tiene un pendiente importante y se esperaría que en los próximos meses se logre captar fondos a través de países donantes que permita al proyecto ser viable y autosostenible en el tiempo.

Al respecto, Brown explica que “Ya hemos formado una coacción de diez países donantes para que lo encabecen, pero necesitamos diez donantes más para financiar el proyecto enteramente. Estamos haciendo un llamamiento a los donantes no sólo con miras a crear miles de plazas escolares para niños urgentemente necesitados, sino también a establecer un precedente para los otros veinte millones de niños que han ido a parar a campamentos de desplazados y barrios de chabolas”.

Otro tanto señala el alto funcionario, “…para conseguir plazas para todos los niños refugiados, estamos intentando conseguir 195 millones de dólares al año para el UNICEF y el ACNUR y la ejecución del plan en el terreno correrá a cargo de ONG y de las autoridades libanesas. El objetivo es el de lograr toda la financiación durante el mes de marzo, cuando el mundo afronte el tercer aniversario de ese trágico éxodo procedente de Siria”.

Educación sin fronteras

Education without borders (EWB) o Educación sin fronteras, es el nombre del proyecto que viene impulsando Kevin Watkins director del Instituto de Desarrollo de Ultramar (ODI en sus siglas en inglés) con el apoyo de Brown como enviado de las UN para la educación global, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

El proyecto del ODI, posee la ventaja de diseñar programas educacionales transfronterizos en regiones conflictivas.

A propósito de la situación puntual en Siria, EWB a través de una iniciativa que usará como campo de acción al Líbano y gracias a un acuerdo con este país se atendería a cerca de medio millón de infantes refugiados. De acuerdo a Brown, en unas semanas podrían levantarse 1,500 escuelas bajo un sistema de ‘doble turno’.

De momento, se está implementando un procedimiento ‘piloto’. “Ya se está aplicando experimentalmente ese plan en un pueblecito llamado Akroum, en el norte del país (Líbano). En el primer turno, se dan clases a los niños libaneses y en el segundo a los niños sirios. Al utilizar la misma escuela para los dos conjuntos de alumnos, se puede impartir la educación con un costo de sólo 400 libras esterlinas (670 dólares) por niño al año”, explica Brown.

Endémica situación

Al drama vivido en Siria y sus vecinos fronterizos, habría que sumar la situación que se experimenta en otras zonas de conflicto y que convierten a la educación en una huérfana más de la guerra.

Brown explica que “No puede haber oportunidad educativa universal para los niños del mundo sin un acuerdo para atender a los niños de las zonas afectadas por conflictos. Un millón de niños afganos se encuentran en campamentos a lo largo de la frontera con el Pakistán. Miles de niños del Sudán del Sur siguen esperando su primera oportunidad de ir a la escuela y aún no se han proporcionado escuelas a otro millón de niños en la República Centroafricana, devastada por la guerra. Las posibilidades de esos niños dependen ahora de que demostremos que podemos lograr avances en el Líbano”

La situación es en extremo riesgosa y como se decía al principio, el tiempo juega en contra. La desdicha se refleja en el mensaje de Brown al respecto: “Así, pues, en Siria y la región circundante ya se está formando una generación perdida: niños que ahora tienen ocho y nueve años de edad y nunca han estado escolarizados, niños condenados al trabajo infantil y centenares de niñas forzadas a contraer matrimonio prematuro. Se cuentan historias horripilantes de jóvenes que se han visto obligados a vender sus riñones y otros órganos simplemente para vivir”.

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Escrito por

Eduardo Recoba Martínez

Economista, periodista, docente. Corresponsal para Latinoamérica de iForex financial news, consultor y analista. Sígueme en @eduardo_recoba


Publicado en

Redacción mulera

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