La orina: ¿será la energía renovable del futuro?
Científicos británicos crean un prototipo de celular que se alimenta eléctricamente de orina humana.
El año pasado, un grupo de investigadores del Laboratorio de Bristol Robotics en el Reino Unido demostró que podían alimentar un teléfono móvil con orina humana. Su dispositivo utiliza lo que se conoce como células de combustible microbianas para generar la energía suficiente como para que el teléfono pueda enviar mensajes de texto, navegar por Internet y realizar llamadas cortas. El equipo de investigadores cree que, con el tiempo, estas células podrían llegar a alimentar de electricidad casas, edificios y quizá pueblos enteros.
Una célula de combustible microbiana es esencialmente un convertidor de energía: utiliza bacterias que se encuentran en la naturaleza para descomponer la materia orgánica, y a su vez producen electrones que se convierten en energía. Es un sistema que se auto-renueva, ya que cuanto más desechos comen los microbios, más energía puede generar el sistema y durante más tiempo.
Estos científicos sostienen que el sistema tiene una eficiencia de más de 85 %, la más alta que se ha conseguido en el área de la energía obtenida a partir de desechos: un digestor de biogas común, por ejemplo, tiene una eficiencia de 35 %.
Aunque suene curiosa, la pregunta es entonces válida: ¿Podría la orina ser la energía del futuro? ¿Y puede ser una solución no sólo para los países desarrollados, sino también para los miles de millones de personas alrededor del mundo que no tienen acceso a la electricidad?
Los mayores obstáculos para convertir en realidad esta idea son actualmente el costo y la escala en la que habría que desplegar este experimento para obtener una cantidad de electricidad consistente con las necesidades que tenemos actualmente. A nivel comercial, queda claro que estos sistemas se podrían aplicar en un futuro próximo a las plantas de tratamiento de aguas residuales, ayudando a ahorrar enormes costos mediante la recuperación eficaz de la energía durante el proceso de tratamiento de orina.
Para uso en el hogar o en la oficina a menor escala, la historia es otra pues las células aún no producen suficiente electricidad como para justificar el espacio que oucpan y los gastos.
Se estima que si una caja de un metro cúbico que contiene un sistema de células de combustible microbianas se instala en un pueblo de 2.500 personas -y toda su orina se canaliza constantemente a través de esa caja- se podría generar una corriente constante de alrededor de 500 vatios. Esto equivaldría a alrededor de 12 kilovatios-hora de energía por día, o lo suficiente para alimentar sólo una bombilla de 50 vatios estándar durante alrededor de 240 horas.Y esto, por un costo de $ 5.000 - $ 10.000.
Los investigadores del Laboratorio Bristol Robotics se han planteado bajar radicalmente estos costos. Construyeron su prototipo de teléfono móvil por unos pocos cientos de libras, y en dos años esperan tener un prototipo más barato que se pueda hacer con materiales disponibles localmente, en cualquier parte del mundo. Aún estamos lejos de resultados sostenibles, pero es extraño pensar que quizá en unos pocos años bastará con ir al baño para cargar nuestros celulares.
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