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foto: sandra enciso

"La poesía decide el momento y la forma cómo tiene que llegar"

Considerada como una de las voces con mayor proyección dentro del medio local, la poesía de Laura Rosales es una de las que merece mayor atención. 

Publicado: 2014-03-15

1. 

El caso de Laura Rosales (Lima, 1989) es un claro ejemplo de las dinámicas a partir de las cuales se está constituyendo el circuito poético local de los últimos años. Egresada de Ciencias Administrativas en una universidad relativamente nueva, si la comparamos con la San Marcos o la Católica, Laura representa a ese grupo de escritores contemporáneos que se forman en carreras 'ajenas' a la palabra y que, por ende, no participa inicialmente de los grupos ni de los eventos que provienen de aquellos espacios tradicionales, pero que no impide que desarrolle su vocación y que su obra se difunda.

Esto no hace más que confirmar que cada vez se vuelve menos necesario dedicarse a profesiones como Literatura, Filosofía, Lingüística o Periodismo para tener un vínculo directo y sólido con la escritura. Los tiempos en que los poetas debían tener por obligación una base académica —no exactamente para ser investigadores o críticos, pero sí para conocer la tradición y estrechar relaciones dentro del campo literario— han terminado. 

Este escenario también reafirma lo siguiente: que la escritura es una vocación que se posee desde antes, pero que solo en las circunstancias adecuadas podrá desarrollarse. Laura, al respecto, cuenta que para ella escribir fue consecuencia de un proceso natural: “Desde niña estaba predispuesta. Tenía siempre un cuaderno y un diario donde escribir o hacer garabatos, por lo que hacer literatura tenía que darse en cualquier momento de mi vida y así fue”.

Mas no es ese el único rasgo de nuestra época que Laura representa. El otro tiene que ver con la importancia de la Internet para difundir la obra de escritores nóveles e inéditos. Y es que en 2012, ella fue considerada dentro de la selección que Jordi Doce preparó para revista Eñe de escritores menores de 25 años. Y resalto la relevancia de la red porque esta fue a través de esta noticia, difundida únicamente por las redes sociales, ya que jamás un diario o la televisión o la radio la darían a conocer, que supe de la poesía de Laura. Y así como con ella ha sucedido con decenas —centenares— de escritores actuales.

En síntesis, los polos tradicionales de producción literaria han dejado de tener una condición nuclear y fundamental para pasar a compartir terreno con circuitos surgidos desde la Internet o desde espacios alternativos y nuevos.

2. 

Para Laura el ser escritor se emparenta con otros oficios, como el de ser locutor de radio, panadero o contador, en el sentido de que todos podemos tener una habilidad o “al menos las ganas” por hacer algo en particular. Así, el escritor vendría a ser alguien que: “tiene la facilidad para despertar aquello que está dormido, para liberar eso que remuerde nuestras entrañas y las del mundo (...) que tiene la facilidad de hacer visible lo invisible, palpable lo impalpable, codificando todo aquello con palabras”.

La música es la otra actividad artística que Laura practica. Si la literatura se presentaba en su vida de manera encubierta, cuando estaba en la secundaria, escribiendo poemas al reverso de sus cuadernos, la música llegará a ella por esos mismos años, cuando tenía apenas 14. Ahora toca el bajo, el teclado y también canta.

De allí que confiese que: “La música es fundamental en mi vida y por eso también en mi escritura. Revuelco mis poemas hasta que tengan un ritmo, un swing, lleguen a un tono. No sé si lo consiga pero lo intento. Tal vez sea también por la música que me incliné a la literatura, por el goce del sonido de las palabras”. Actualmente tiene un proyecto musical que espera que persevere.

No debe extrañar, entonces, que su segundo libro, publicado a fines de 2013, lleve el título de Cantata natural (Paracaídas Editores). En 2011 ya había sacado Von (Lustra Editores), un libro que se alimentaba —si tenemos en cuenta las referencias más notorias que revelan sus poemas— de las artes plásticas.

En Cantata natural, el sujeto lírico transita a través de la naturaleza, recorre sus reinos, tanto los luminosos como los subterráneos, además que la música tiene una presencia preponderante. Su ritmo cautivante y la concisión en las imágenes son algunos de las cualidades de este nuevo libro.

Sobre su proceso de creación, Laura indicará: “Me apena decirlo pero escribí Cantata natural en una etapa muy oscura de mi vida. Tenía acumulado muchos dolores y recuerdos que salían a flote incluso desde el tramo de la inconsciencia y escribir se volvió como una especie de paracaídas o muro de contención ante eso. Es un libro oscuro aunque parezca lo contrario. Lo escribí a mediados del 2012. Supe que el libro estaba terminado cuando no podía agregar otro poema más, cuando los poemas que escribía ya tenían otra atmósfera, otra música. Ahí me di cuenta que el libro estaba cerrado. Yo ya era otra persona”.

3.

Laura fue parte del colectivo Heridita (2007-2010) y también integró el comité editorial de la revista Ónice (2010-2011). Gracias a ambos grupos pudo participar en recitales y diversos eventos organizados para promocionar la creación literaria y plástica de otras personas. La poesía por lo tanto ha sido uno de los ejes sobre el que ha girado la vida de Laura en estos últimos años.  

Si es necesario completar las líneas de este improvisado currículum vitae, entonces hay que agregar los siguientes datos: en el año 2009 obtuvo el Primer Premio del IX Concurso Nacional de Cuento Juvenil “César Vallejo”, auspiciado por el Instituto Nacional de Cultura y la Municipalidad Provincial de Trujillo, ha sido antologada en Suicidas Sub21 (Mondo Kronhela Literatura, Argentina) y en la muestra de poesía femenina joven Río Luna (Toro de Trapo Editores).

Lectora acérrima de Blanca Varela y José María Eguren (“pues los tengo tatuados en el alma”), Laura afirma que consume abundante literatura peruana, y sobre todo poesía: “De los que más me gustan y llaman mi atención son Javier Sologuren, Enrique Peña y Raúl Deustua. Mi gusto por su poesía se debe a su delicado trabajo, a sus silencios, porque son reflexivos, porque tienen sobriedad en el sueño, porque son contemplativos y porque están solos. Juan Ojeda es otro que me gusta porque es sombrío y luminoso, porque es trágico con trasfondos de fe. La dialéctica de su poesía me llama mucho. Ojeda conoce todos los terrenos. Es humano y por eso lo siento cercano”.

¿Cuál es el mecanismo seguido por Laura para llegar al poema? Reconoce que hay instantes en los que siente como si una especie de ráfaga de inspiración se apoderase de ella, pero también sabe que es necesario recurrir a la serenidad, al trabajo de saber cuándo y dónde deshacerse de alguna palabras, de algún verso e inclusive de un poema entero: “Yo creo que la poesía llega en el momento y de la forma como tiene que llegar. Ella lo decide. A veces llega como un rayo y yo tengo que parar con lo que estoy haciendo para anotar o ir rápido a casa para ponerme a escribir. Otras veces llega de a pocos, producto de vivencias, de diferentes estímulos, y voy codificando todo en mi lenguaje interno hasta el momento del registro en el papel. No planifico nada pues de ella depende. Un par de veces me propuse escribir poemas y no escribí ni una palabra. Por eso prefiero no pensar en ello. Lo que sí planifico es la corrección de los poemas”.

Y en ese momento de enfrentar a las palabras no se impone una regla o un dogma específico, pero sí existe la obligación de hallarse en un espacio íntimo donde el mundanal ruido no interfiera con ella: “Lo que si necesito mientras escribo es estar sola, que nadie me moleste. En las épocas de buena racha, cuando escribo a borbotones, me vuelvo un topo y no salgo de mi madriguera y esto dura a veces varios días. Otra cosa también es que no suelo salvar versos de poemas para reutilizarlos. Si no me gusta un poema lo suprimo por completo. De todo lo que escribo me quedo con poco”.

Le pregunto por sus expectativas para más adelante, tanto para su carrera como para sus obras. Respecto a nuevos proyectos, Laura responde: "Ahora estoy escribiendo más en prosa pero no pretendo gestar un nuevo poemario, sería demasiado pronto. Prefiero no pensar en un proyecto de libro y pensar más en los poemas. En lo último que estoy escribiendo exploro a la soledad hasta el límite. Por ahora la soledad es un tema que me obsesiona".

Y frente a la cuestión del tiempo, de lo que podrá suceder más adelante, Laura se muestra serena y honesta, y acepta que el futuro no es una preocupación. Vive el presente: "La única certeza que tengo es que hoy quiero escribir. No sé si lo haré por siempre porque tal vez mañana me muera. Pero si la muerte no existiera, me veo escribiendo siempre. Escribir, no por una carrera literaria sino por una necesidad, sabiendo que también habrán temporadas de sequía y silencios que serán útiles para los poemas, para lo que esconden los poemas, para la poesía en sí. Es una necesidad difícil de explicar".

4.

A continuación, una breve selección de algunos de los poemas de su segundo libro, Cantata natural. Pero también acá, acá, y acá, podemos encontrar otras muestras de su poesía. 

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Escrito por

Paulo César Peña

Literatura. Historia. Arte. Lima. Y también dibujo ciudades en mis ratos libres. @dinamodelima


Publicado en

Redacción mulera

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