Mordor, la tierra negra en el idioma de los elfos. Un territorio volcánico, yermo y oscuro, limpio de bosques al este de Gondor, guardado por Barad Dûr, la fortaleza del mal. Una alegoría de lo que podría convertirse el Perú en cincuenta años vista de no tomar medidas claras y tajantes para la protección de nuestro medio ambiente, y la regulación y el control del Estado sobre las grandes empresas extractivas, en particular las petroleras y mineras, además de la erradicación de la minería ilegal.

Ayer, que Beatriz Merino, presidenta de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos, presentaba el Libro blanco de los hidrocarburos, un evento en el que el nuevo ministro de Energía y Minas, Eleodoro Mayorga, se estrenaba en el cargo declarando que, según el Nuevo Reglamento Ambiental de Hidrocarburos, se eliminarían los estudios de impacto ambiental para la actividad sísmica en las próximas exploraciones petroleras, Saruman y Sauron aplaudían desde la conquista de nuevos territorios para sombrío reino de Mordor en el futuro del Perú.

Hasta el momento nunca un EIA ha frenado un proyecto extractivo, declaró el antropólogo Alberto Chirif a NoticiasSer.: 

Estos estudios son realizados por las mismas empresas que luego van a realizar intervenciones para extraer minerales o petróleo”, afirmó. Pero es que ahora, las empresas petroleras ni siquiera tendrán que cumplir con esta formalidad.

La declaración del nuevo ministro Mayorga, se produjo además, a pocos meses de que el Perú sea sede de la COP–20 (la vigésima conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático) y en medio  de fuertes cuestionamientos a la actividad petrolera en la Amazonía, donde el Estado y la misma Plus Petrol son responsables de al menos dos desastres ambientales: a saber, el perjuicio catastrófico a los ríos Pastaza, Tigre, Corrientes y Marañón; y el daño producido a la Reserva Nacional Pacaya–Samiria.

Con o sin EIA, lo cierto es que ya hay un conglomerado de desastres ambientales dentro del territorio peruano que nos acercan cada vez más a un hipotético Mordor en el futuro.

Aquí la lista de los territorios ya conquistados en el Perú por Saruman y Sauron para esta tierra del mal:

La emergencia ambiental en los ríos Pastaza, Tigre, Corrientes y Marañón.

La zona recibió el año pasado la visita del ministro de Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, quién reconoció los problemas ocasionados por la contaminación de petróleo en las cuencas de los ríos y las lagunas, y pidió disculpas a los nativos en nombre del Estado. Sin embargo, se trata de unas empresas –La Oxy, luego Plus Petrol, y Petro Perú– que han venido contaminando territorios de comunidades nativas dentro del lote 1AB (ahora denominado 192) desde hace por lo menos treinta años, sin que, más allá de la declaratoria de emergencia de estas cuencas, se hayan tomado medidas efectivas para remediar ambientalmente la zona.

La Reserva Nacional Pacaya Samiria

El 19 de febrero pasado, cinco instituciones públicas el Ministerio del Ambiente (Minam), el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), la Autoridad Nacional del Agua (ANA), la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) y el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) llegaron a la comunidad Dos de Mayo de San Pablo de Tipischa a presentar los resultados de un estudio hecho por ellas mismas en septiembre de 2013.

El estudio arrojó que existe presencia de metales pesados y derivados del petróleo en agua, suelos y sedimentos de la cuenca, incluso dentro de la Reserva Nacional Pacaya Samiria, donde se encuentra parte del Lote 8X. Plus Petrol, además, ha levantado infraestructura, sembrado plantas exógenas a la Reserva, rozado bosque y abandonado tuberías de petróleo, todas, serias infracciones al contrato de concesión que tienen con el Estado peruano.

Como declara uno de los líderes kukama a este vídeo de Dany Valdéz para La Mula, las comunidades que viven dentro del Lote y aledañas a Pacaya Samiria no esperan una multa a la empresa, quieren tomar agua potable.

Muerte masiva de peces

Hoy José de Echave de CooperAcción, precisamente sobre el tema de los EIA para las exploraciones sísmicas, escribió:

También los pescadores artesanales de Huarmey y Chimbote en Ancash o los de Tumbes y Piura, saben lo que significan las exploraciones sísmicas mal manejadas. ¿Acaso nos hemos olvidado de la muerte masiva de peces y aves en Tumbes hace apenas unos años? Bueno, el ministro Mayorga debería saber que ese desastre fue el resultado de una exploración sísmica mal manejada en nuestro litoral por empresas que según él “saben lo que tienen que hacer”.

Son sólo tres ejemplos. A ellos –aunque no vinculados directamente con la exploración petrolera– podríamos agregar otra lista de catástrofes ambientales en el Perú:

1. La minería ilegal e informal en Madre de Dios, que ha devastado ya 60 mil hectáreas de bosques y vertido toneladas de mercurio en las cuencas de los ríos del departamento.

2. La Oroya, que también está en otra lista: es una de las diez ciudades más contaminadas del mundo, es decir, comparte galardones con Chernóbil, un desastre nuclear;

3. El derrame de mercurio en Choropampa

Está claro cuál es el camino hacia Mordor, porque los desastres ambientales que se han acumulado en el Perú nos indican que ya lo hemos emprendido. Si no queremos de pronto encontrarnos con un Nazgûl volando sobre nuestras cabezas, tenemos que tomar medidas por el medio ambiente que heredaremos a nuestros hijos y nietos y, sobre todo, como ciudadanos, tenemos que exigir al Estado y a las empresas extractoras inversiones inmediatas para la recuperación de las zonas devastadas por sus actividades. 

Ya se les esperó demasiado.