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Onur Coban/Anadolu Agency/Getty Images

Ucrania: en el tablero de juego de Estados Unidos

¿Cuáles son los motivos del vivo interés de la primera potencia mundial en la crisis ucraniana?

Publicado: 2014-03-05

El sábado, el presidente de EEUU, Barack Obama, tomó el teléfono y, como un déjà vú de la Guerra Fría, lanzó a su homólogo ruso, Vladimir Putin, un mensaje claro: que no “interfiera” en Ucrania. En una conversación de hora y media, que hace visible la importancia y gravedad de la crisis, advirtió a Putin que sus acciones sobre Ucrania están violando el derecho internacional al no respetar “la soberanía ni la integridad territorial” del país. 

Este episodio refleja, tal y como lo describe Chris Floyd, que Obama no sólo ganó el premio Nobel de la Paz, sino otro título de mayores proporciones: ser el “mayor ilusionista” de los tiempos modernos. Un galardón otorgado por su sorprendente capacidad de lograr una total desconexión entre sus palabras y sus hechos.

Para entender esto retrocedamos unas semanas. En un clip de audio publicado en YouTube (¿filtrado por Rusia?), la secretaria de Estado adjunto de Estados Unidos para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, Victoria Nuland, mantenía una conversación vis-à-vis con el embajador de EEUU en Ucrania, en la que discutía cual era la mejor receta para solucionar el problema de Ucrania.

Según Nuland, lo ideal era un gobierno en manos de Arseni Yatseniuk, un líder del partido de Yulia Timoshenko -quien junto con Viktor Yushchenko terminó tras las rejas, acusada de "abuso de poder"-. Sin embargo la señora Nuland muestra una preocupación: la canciller alemana, Angela Merkel, tiene preferencia porque otro opositor esté al frente de Kiev, Vitali Klitschko -un ex boxeador de peso pesado en quien la canciller ha invertido mucho-, que es descrito como “inexperto". La representante de EEUU -país de la democracia- se refiere a estos dos hombres como "Yats" y "Klitsch” y prepara el escenario para lo que en el argot anti imperialista llaman un gobierno 'títere'. Conociendo esto, ¿la intención de EEUU de 'apoyar' la formación de un gobierno afín no es también una “interferencia”, como las que rechaza Obama?

Obama, el mago prudente

En las relaciones internacionales, el monopolio de la injerencia de EEUU en los asuntos de otros Estados se denomina american exceptionalism. No es otra cosa que la noción de que EEUU tienen el derecho de llevar al resto de la humanidad lo que ellos llaman libertad. Y Obama encaja muy bien en esto.

Aunque el balance de la política exterior no tuvo un lugar relevante en el discurso anual del Estado de la Unión de Obama, la táctica de Washington es clara: una apuesta por el “realismo prudente”. Este enfoque es una suerte de “realismo tradicional”, que defiende la supremacía de EEUU en el globo usando todos los medios necesarios -el destruye Estados y huye de George Bush-, pero añadiendo el adjetivo “prudente”. Esto implica una diplomacia agresiva pero sin intervenciones y riesgos innecesarios. Para lograrlo utiliza varios mecanismos: alianzas con gobiernos-clientes, respaldo a golpes de estado, aumento de sus bases militares, operaciones encubiertas o la búsqueda de provecho de las fracturas sociales existentes en los territorios de interés (¿cómo en Ucrania?). Hablando claro, un intervencionismo sutil, sin grandes costes para el país.

Algunos ejemplos de este paradigma. No poner fin al conflicto de la castigada Siria, sumido en una larga guerra donde se hunden los rivales. Muy parecido a lo ocurrido en Irak y Libia. Es un modus operandi muy utilizado. 

El caso de Somalia no se queda atrás. A finales de diciembre EEUU envió tropas para “luchar contra el grupo Al Sahaba”. Somalia no solo posee inmensos recursos petrolíferos y minerales, sino que es el país con las costas más extensas de África, perfecto para vigilar el estratégico corredor del Golfo de Adén que conecta el Golfo Pérsico, el Mar rojo y el Canal de Suez, por donde pasa el 30% del petróleo del mundo. Dicho de paso, el mar Rojo es el único mar controlado por los países árabes y su principal fuente de agua dulce. 

Y mientras retira las tropas de Afganistán, un país destrozado, EEUU negocia con los Talibanes -sí, esos mismos que fueron acusados del trágico 11S-. Washington les ofreció un gobierno de inmensos territorios a cambio de que les autorizaran levantar nueve bases militares en el estratégico corazón de Asia Central.

Analizando el modus operandi de EEUU podríamos hacernos una idea de lo que ocurre en Ucrania y la postura estadounidense. Y es que la realidad es más compleja de que “los ucranianos querían pertenecer a la UE y su Gobierno tirano se propuso impedirlo a balazos”.

En una reunión auspiciada por la petrolera Chevron, Nuland, explicaba que desde comienzos de la década de los noventa su país había invertido más de 5,000 millones de dólares en Ucrania y precisamente no para terminar con las desigualdades. Dominar Ucrania ha sido uno de los principales objetivos geopolíticos de EEUU. Razones no le faltan.

Ucrania es uno de los territorios más estratégicos del planeta, posee una cuarta parte de las “tierras negras” del mundo (chernozem, suelo agrícola que no necesita fertilizante) , además de carbón, uranio y hierro, una combinación muy atractiva para las potencias. ¿Suena tan descabellado entonces que Ucrania sea una excusa para una división geopolítica mayor que no tiene mucho que ver con su crisis interna? 

¿Qué quiere Obama en Ucrania?

Los objetivos del actual interés de Washington en Ucrania son muchos:

- Aunque Obama accedió a la Casa Blanca con la intención de normalizar las relaciones con el Kremlin, los episodios en Siria e Irán y la concesión de asilo al exanalista de la NSA, Edward Snowden, han irritado a Obama, que busca ahora vengarse fomentando un clima de tensión y desconfianza que muchos ya comparan con una Segunda Guerra Fría -y de paso contener la exitosa recuperación del espacio soviético por Moscú, en Eurasia y Asia central-.

- A nivel ideológico, señalar como modelo antidemocrático y antiderechos humanos el lado oriental, y al occidental como el paradigma del bien. ¿Suena conocido?

- Económicamente, quieren impedir que Rusia ponga en marcha la Comunidad Económica Eurasiática, prevista para el 2015, y cuyo núcleo era Ucrania y así abrir el mercado de Ucrania a los productos occidentales, a sabiendas que la producción local no supone competencia.

- Fortalecer el nuevo mapa geopolítico. Como explica Immanuel Wallerstein, “Ucrania es meramente una excusa conveniente o específica para una división geo-política mayor que no tiene nada que ver con su cisma interno”. 

El audio de la conversación de Nuland, en el que los representantes estadounidenses describen la acción de la UE en Ucrania como "suave”, expresa su frustración por la incapacidad europea para unirse a los EEUU en la amenaza de sanciones contra los dirigentes de Ucrania ("Que se joda la UE"). Sí, Europa y no Rusia. Pero, ¿por qué?

EEUU busca fortalecer su posición en la “Nueva Europa”, un concepto que nació con la gestión de Donald Rumsfeld como secretario de Estado. Esta Nueva Europa incluía a los países que compartían los puntos de vista de Washington en torno a la invasión de Irak de 2003, es decir Gran Bretaña, especialmente, y Europa centro-oriental. Y mientras, buscaba hacer frente a “la vieja Europa”, liderada por Alemania, que ha dejado de ser 'sumisa' y que se negó a participar en la invasión.

Esta visión sigue vigente. Alemania tiene mucho interés en Ucrania y Obama teme la formación de un eje París-Berlín-Moscú que contrarreste una posible alianza China-Estados Unidos (que incluyera a Japón y a Corea también).

¿Cómo sería Ucrania sin Rusia? ¿Cómo sería el ingreso de Ucrania a la Unión Europea? Difícil contestar, veremos quién gana en el juego.


Escrito por

Tamara Lasheras

Politóloga, amante de la música y el buen vino. Buscando formas distintas pero posibles de hacer las cosas.


Publicado en

Redacción mulera

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