El papa Francisco anunció este lunes la creación de un ministerio de Economía para coordinar la controvertida gestión financiera y administrativa del Vaticano, un paso clave para la reforma de la Curia Romana. 

El ministerio de Economía se encargará de coordinar la administración y las finanzas de la Santa Sede. El cardenal australiano George Pell, actual arzobispo de Sidney, será el encargado de presidirlo. Pell forma parte del G-8, el grupo de asesores del pontífice encargado de estudiar la reforma del gobierno central de la Iglesia.

Francisco tomó esta decisión con el fin de que la Curia Romana se libre de los escándalo e intrigas que se formaron en torno al manejo que tenía de las finanzas del Vaticano desde los años 80. En esa época quebró el banco Ambrosiano, uno de los principales bancos de Italia, donde el Instituto de Obras para la Religión (IOR) era una los accionistas.

Pese a su pasado, en el que se le ha vinculado con blanqueo de dinero, tráfico de influencias e intrigas internas, el IOR no será disuelto.

Siguiendo con el plan de modernización propuesto por Francisco desde su llegada al pontificado, se ha autorizado que en este proceso de reforma financiera puedan intervenir importantes firmas privadas extranjeras, como KPMG, Ernst&Young, Promontory, McKinsey, PWC (PricewaterhouseCoopers). Además, se ha nombrado un 'contralor general', con poderes para intervenir en todos las entidades.

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