Luego de que la primera dama Nadine Heredia descartara tajantemente el debate del aumento de sueldo mínimo que el presidente del Consejo de Ministros César Villanueva ya había informado que se encontraba en conversaciones con el ministro Castilla, la esposa del mandatario se rectificó en sus declaraciones, y sostuvo que ese tema debería ser visto por técnicos y especialistas.

"Se lo voy a dejar a los economistas. Pregúntele a los economistas si consideran que es el momento adecuado de evaluar el aumento de la RMV (Remuneración Mínima Vital). Me parece que para evaluar esos temas tienen que haber aspectos técnicos".

Y antes estas contradicciones, la prensa le preguntó por su relación con el primer ministro Villanueva, "super buena", dijo. Y no quiso ahondar más en el tema.

La primera dama vuelve a ser el ojo de una tormenta ¿intencional? Que Heredia haya afirmado sin cuidado que el aumento de la RMV no está en discusión, no cierra la tradición bien controlada de intromisión en los asuntos del Ejecutivo, y, esta vez, debilita la imagen de un primer ministro que solo ha servido de portavoz de la PCM; a eso hay que añadir una última acusación contra Villanueva por firmar como economista cuando él en realidad es administrador de empresas.

Parece ser que estas intromisiones ganan atención hacia el Ejecutivo, y las aparentes contradicciones se vuelven la comidilla, el foco de los medios. Al final quienes se ven realmente perjudicados con esto son los ministros, y Heredia es el constante as bajo la manga para recibir ataques por donde el Ejecutivo parece querer, y en este caso, Villanueva es el escudo que no termina por desgastarse aún del todo.

Afirmar que el asunto de la RMV tiene aspectos técnicos es una obviedad, y los que debaten y reflexionan sobre este tema -Heredia contradice lo dicho por Villanueva-, quizá debieron ningunear ese tipo de afirmaciones, al saber el mal hábito de la primera dama de hablar de lo que no le compete.

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Tira y afloja en el gobierno