Economías emergentes: a lanzar dados
Dudas respecto al dinamismo de países emergentes, conectadas con esperanzas para el 2014 no mostrarían indicios claros del desempeño global en este segmento de naciones
Existe un escenario de premisas y pronósticos mixto respecto al desempeño de las naciones en ascenso económico. Por un lado, hay quienes apuestan a una leve recuperación en el crecimiento; pero por otro, a un estancamiento.
Sea el resultado para el presente año, no existe vacilación al momento de estimar que las economías de este tipo (que en un pasado reciente tuvieron un crecimiento desbordante) tendrán que cambiar sus políticas y su estructura institucional si desean alcanzar una estabilidad a mediano plazo.
Fragilidad es mi nombre
Los países emergentes tienen nombre propio en estos momentos: vulnerabilidad.
Existen dos factores que están atacando lo que hasta hace unos años era un nicho fortísimo de negocio y comercio global traducido en economías como Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica (‘BRICS’ en el argot bursátil): precios internacionales de materias primas y política monetaria de los Estados Unidos.
Pese al desempeño positivo de materias primas como el oro y la plata durante los dos primeros meses del presente año, donde –entre el 2 de enero y 19 de febrero -, el precio del oro y la plata avanzaron 7.8% y 9.1%, respectivamente, el panorama en general no sólo para los metales sino para el resto de materias primas continúa en una senda de incertidumbre. (NOTA. Hay instituciones, sobre todo bancos, que ya se encuentran vendiendo activos de renta fija con respaldo en el metal precioso, sin esperar tan siquiera una tendencia al mediano plazo. Cometen los mismos errores que llevaron a muchos bancos al colapso en el 2008).
Por otro lado, la estrechez que ya oficializó Estados Unidos respecto a su política monetaria, restringiría los flujos de dinero hacia mercados extranjeros.
Existen dos factores que están atacando lo que hasta hace unos años era un nicho fortísimo de negocio y comercio global traducido en economías como Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica (‘BRICS’ en el argot bursátil): precios internacionales de materias primas y política monetaria de los Estados Unidos
Bien, el dilema y lasitud existen; y están sustentados justamente en los BRICS.
China favorece a esta vacilación. La economía asiática en estos momentos está inmersa en la inquietud respecto a un crecimiento cuyas perspectivas son menores a la de años anteriores; y en el control de la inflación ante la amenaza de una dinámica de consumo aupada por la expansión del crédito y la demanda, factores que los estrategas chinos están empecinados en ponerles freno.
La India está pagando la factura de políticas populistas con una inflación importante en ciernes y una desaceleración en el crecimiento.
En Brasil, Rusia y el resto de países ascendentes, la pugna se da en los terrenos normativos y políticos. Brasil es un ejemplo: inmiscuirse en la labor de los mercados de energía y de créditos han deteriorado el crecimiento de esta economía.
Para Kenneth Rogoff, profesor de políticas públicas de la Universidad de Harvard “…algunos mercados en ascenso están avanzando y podrán beneficiarse de la agitación, si pueden mantener el rumbo. Aparte de México, países como Chile, Colombia y Perú están bien situados para beneficiarse de las inversiones en creación de instituciones, pero, naturalmente, las nuevas instituciones pueden tardar decenios –y a veces más– en consolidarse”
“Decenios y a veces más”. Fuerte pero cierto, al menos localmente porque la institucionalidad, las reformas y cambios normativos en el Perú son un proceso de fondo, de largo aliento que podría ser un factor limitante para desarrollar una verdadera oportunidad de crecimiento acompañado de desarrollo a largo plazo. Si no existe celeridad en los cambios y la institucionalidad como nación, ¿desaparecerían los “años dorados” del Perú? Se esperaría que no, habida cuenta un margen de reservas que se han acumulado en los últimos lustros que podrían amortiguar los efectos de un posible estancamiento. ¡Pero esto podría ser un bumerán también!
"...países como Chile, Colombia y Perú están bien situados para beneficiarse de las inversiones en creación de instituciones, pero, naturalmente, las nuevas instituciones pueden tardar decenios –y a veces más– en consolidarse"
Al propósito de estos ‘amortiguadores’, Rogoff se pregunta ¿hasta qué punto son frágiles los mercados en ascenso en general?, para responder enseguida: “A diferencia de lo que ocurría en el decenio de 1990, en el que estaban generalizados los tipos de cambio fijos, ahora la mayoría de los países tienen tipos flexibles, que amortiguan las sacudidas. De hecho, se puede interpretar el drama actual en parte como un reflejo del funcionamiento de dichos amortiguadores… Muchos países han acumulado reservas importantes (…) naturalmente, la opción (…) no es una panacea. Seguro que sobrevendrán otros dramas, lamentablemente” sentencia un desalentado Rogoff.
¿Por qué Rogoff argumenta de forma tan afligida?, ¡es un EMO de la economía prácticamente!; sencillo, el hecho de tener reservas sin un manejo a largo plazo, sin una visión, sin un potente paquete de medidas como política de Estado, podrían ser caldo de cultivo para populismos y los gastos que este mal generalizado en los países emergentes, sobre todo regionales, traen; el tener reservas, que fomenten gasto sin políticas monetarias y sociales serias traerían no sólo inflación sistémica sino que podrían ‘explotarle en la cara’ a las economías. ¿Suena conocido el caso argentino?
Un par más
La Reserva Federal de los Estados Unidos (el Banco Central estadounidense, FED en sus siglas en inglés), anunció a través de Janet Yellen, su reciente presidenta que habrá una restricción de flujos de capital hacia el exterior (‘tapering’ en inglés), habida cuenta mejorías en la economía estadounidense. Eso dolió porque por un lado, las naciones emergentes han alimentado (en parte) su crecimiento en los últimos años financiando con estos flujos el crédito, el consumo y la demanda; por otro lado, las economías en ascenso han encontrado respaldo para sus inversiones, que fue parte de la política de fomento ‘post crisis’ en el 2008-2009 traducida en dinero barato.
La eurozona también ha repuntado con tímidas cuotas de crecimiento pero amparadas por una fortalecida Alemania. Al respecto Rogoff opina que “…el ligero endurecimiento de la Reserva Federal ha ido acompañado de la tendencia a una política monetaria más relajada en la zona del euro y el Japón; así, pues, en general la política monetaria de los países avanzados sigue siendo muy acomodaticia”
¿El mensaje en este punto para los países emergentes ser por parte de la FED y la eurozona podría leerse como un ‘…los dejamos solos, arréglenselas ustedes’?
Podría ser esta una cruda realidad. Se verá hacia el cierre del primer semestre del presente año, cuando los dados dejen de rodar en la mesa de este juego llamado economía.
El Perú versus el Perú: del boom a la distopía económica
De acuerdo a Piero Ghezzi, economista y ex director de mercados emergentes de Barclays Capital la economía peruana muestra rumbos erráticos. Del discurso político, pasando por el gastronómico, de tertulia, hasta aterrizar al macroeconómico, econométrico y estadístico hay un trecho muy largo y una puerta angosta para el debate.
Acostumbrado a crecer con una recurrencia del 7% en promedio en los últimos años, el Perú tendría en perspectiva prosperar un 5% para los próximos cuatro años de acuerdo a un consenso de analistas y bancos de inversión como el JP Morgan y Deustche Bank. Pero sin instituciones fuertes, este crecimiento sería baladí.
Citado por El País, Ghezzi está en la línea de Rogoff al referirse a la institucionalidad local: “Las variables en las que estamos rezagados: educación, inseguridad, institucionalidad, son las que más importan en el largo plazo. Ningún país con las características institucionales del Perú ha logrado desarrollar o sostener el crecimiento. Es una ilusión pensar que si no hay cambios sustanciales ahora vamos a mantenerlo”
Y aquí ingresan las cifras y la macroeconomía ‘social’ que hace estrecho y frívolo el argumento aquel de ´nadie nos para’: “Perú ocupó el último lugar de la prueba PISA en comprensión lectora, matemáticas y ciencia en 2012, el 68 % de su población tiene empleo informal (la tasa sube a 84% en el caso de los jóvenes) y en 2012 tuvo el porcentaje de victimización más alto de la región junto con Ecuador, un 28% de personas encuestadas refiere haber sido víctima de un delito en el último mes” señala El País.
“Las variables en las que estamos rezagados: educación, inseguridad, institucionalidad, son las que más importan en el largo plazo"
A lo que Ghezzi añade con pericia: “Es un país muy complicado y el peor error es creer que ya lo logramos. No estamos ni a la mitad del camino. Seguir así es casi garantía del estancamiento en esta década. Si no hacemos bien las cosas ahora, en cinco años diremos que hemos desperdiciado otro ciclo” El economista consultado por El País indica que “…después (…) del Consenso de Washington, no se ha hecho una mejora del Estado y de políticas públicas….La ola ya no viene tan fuerte como antes, la inercia de los efectos positivos es cada vez menos potente, entonces hay que hacer las cosas cada vez mejor para estar igual”.
Clase media peruana: realidad o espejismo estadístico
Sobre la clase media, Elmer Cuba, socio principal de la consultora Macroconsult, opina que con niveles de educación por debajo del estándar mundial o regional y un mercado laboral magro en salarios y perspectivas es complejo hablar de “clase media consolidada”. Cuba realiza un ejercicio siniestro citado en el informe de El País: “Sacando a los ricos de la escena, que son muy pocos, y a un tercio que son clase media, dos tercios están con problemas: o son pobres como tal o pobres extremos”
Al respecto, Ghezzi aporta que: “…es un error decir que alguien con 1.100 soles está en el límite de la clase media: es alguien sin apoyo del Estado y con ese dinero obtiene pésimos servicios privados de educación y salud: en cualquier momento puede volver a ser pobre”.
La estadística errática que en el 2013 reveló el Banco Interamericano de Desarrollo, aquella que reza que el 70% de los peruanos eran de clase media, 50% consolidada y 20% emergente, de momento, para los economistas consultados no lleva razón.
“…es un error decir que alguien con 1.100 soles está en el límite de la clase media: es alguien sin apoyo del Estado y con ese dinero obtiene pésimos servicios privados de educación y salud: en cualquier momento puede volver a ser pobre”
Lo cierto es que la clase media en el Perú, es un indicador estadístico y social complejo; todo parece indicar que su definición no estaría actualmente en función a cifras, salarios, mercados, capacidad de compra, sector inmobiliario, sino a acceso a salud, educación, infraestructura, información, redes viales, transporte, comunicación, derechos humanos y otros factores más sociales antes que econométricos, sin restarle importancia a éstos claro.
Lo que devuelve el debate al tópico de la institucionalidad en los países emergentes: aquella capacidad del Gobierno de ejercer política de Estado sobre el desarrollo sostenido (y autosostenible) de una clase en ascenso en un contexto complejo y dubitativo para el 2014.
¿Se podrá lograr? ¿10, 20 años más? Lo dicho, a lanzar dados, pero en tanto, a hacer la tarea y devolverle a las economías emergentes la institucionalidad necesaria para su progreso porque eso de ‘crecimiento’ ya está en el pasado. Ahora toca el desarrollo.
Ver también:
Latinoamérica: de ‘rápida y furiosa’ a lenta pero segura
¿Ausencia de Sol? Proyecciones y retos económicos en 2014
5 things the world has to do to finally get over the 2008 financial crisis
Escrito por
Economista, periodista, docente. Corresponsal para Latinoamérica de iForex financial news, consultor y analista. Sígueme en @eduardo_recoba
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