Stuart Hall, el padre de los estudios multiculturales, fue el principal activista del interés académico en temas de raza, género e identidades. Su obra fue influyente en varias generaciones de teóricos de la cultura y la política, en las ciencias sociales del mundo, pero también en buena parte de América Latina.

La imaginación política de Hall combinó vitalidad y sutileza; en el campo de las ideas era duro, listo para combatir posturas que creía políticamente peligrosas", señalan sus exalumnos David Morley y Bill Schwarz en su obituario en The Guardian

Quienes lo han seguido afirman que sus escritos trascienden los círculos académicos. ¿Qué piensan en el Perú? “La obra de Stuart Hall es profundamente deconstructiva frente a muchas de las tradiciones teóricas, pero lo relevante de ella es que tal opción nunca lo conduce a un relativismo fácil y desengañado. Antes bien, se trata de un pensamiento que intenta mirar la teoría al menos desde dos axiomas que estructuran la realidad social: la sobredeterminación y el cambio permanente”, señala Víctor Vich, profesor principal de la PUCP, a LaMula.pe.

Stuart Hall se movió en el terreno definido por Marx a partir de tres alternativas axiomáticas: la histórica, la materialista y la voluntad de praxis. “Su pensamiento muestra la vigencia de una visión crítica del mundo cuya fuente es lo que podemos llamar un marxismo abierto; uno que se abocó con extraordinaria pasión y honestidad al desmontaje teórico de los mecanismos de reproducción de la dominación, discriminación y hegemonía cultural a escala global. Su marxismo siguió reivindicando la utopía de una transformación radical de la sociedad, pero fue capaz de trascender sus propios límites, aportando una comprensión original de los vertiginosos cambios culturales que han marcado nuestra época”, dice, por su parte, el investigador del IEP Ramón Pajuelo a LaMula.pe.

"Tengo una relación estratégica con la teoría. No me considero un teórico en el sentido de que ése sea mi trabajo. Siempre me intereso por seguir teorizando sobre el mundo, sobre lo concreto, pero no estoy interesado en la producción de teoría como objeto a título propio. Y por tanto uso la teoría en formas estratégicas [...] es porque considero que mi objeto es pensar en la concreción del objeto en sus muchas relaciones diversas" (Hall 1997)

En su propuesta, la economía ocupa un lugar central pero nunca es el único eje ni mucho menos el más importante, anota Vich, quien añade que Hall es un autor que constantemente se confronta con la historia. “En esa senda, desarrolla una crítica profunda de las formas perversas del poder en el plano de la vida cultural: las identidades, la raza y el racismo, las etnicidades, el papel de las ideologías, la comunicación y la globalización cultural. Todo ello merced a una comprensión sumamente original de la hechura cultural de la vida social”, añade Pajuelo.

Legado teórico

Hall era capaz de pensar simultáneamente dentro de una amplia variedad de tradiciones de pensamiento contemporáneo, demostrando al mismo tiempo y de forma concreta el valor de construir y sustentar una discusión no sectaria.

Su trabajo intelectual -explica Pajuelo- muestra el uso fecundo de conceptos y categorías clásicas (tales como raza, etnia, hegemonía, cultura, ideología, identidad), pero que son reformulados al dar cuenta de nuevas transformaciones culturales en un mundo en ebullición. “De ahí que sus herramientas conceptuales parecen evidenciar su interés teórico-político por alumbrar aquellas zonas de sombra en el funcionamiento de la hegemonía cultural, ante las cuales el marxismo clásico logró avanzar poco. De modo que Hall, con base en nociones tales como hegemonía o representación, saca a luz las mediaciones o vínculos que sostienen la reproducción de la dominación y exclusión cultural”, detalla.

La cultura, el orden simbólico, el mundo de las ideologías, las representaciones y el conjunto de prácticas que brotan de aquello ocupan un lugar central en el pensamiento de Hall, recuerda Vich. “Se trata de un autor que se esfuerza por subrayar que la cultura importa e importa mucho. Hall la entiende como un agente estructurador del mundo social pero también como un arma, a veces contundente, en la lucha política”, agrega.

Pensamiento Stuart Hall en América Latina

Sin duda, los escritos de Stuart Hall en los estudios culturales latinoamericanos son imprescindibles. “Sus trabajos contribuyen a complejizar el pensamiento teórico desde sus múltiples aristas. Son profundamente pedagógicos en la explicación teórica, son radicalmente interdisciplinarios y subrayan la necesidad de construir síntesis de las tradiciones analíticas. Son ensayos que no tienen miedo a quedarse 'sin garantías' explicativas, pero que al mismo tiempo subrayan siempre la inevitable, pero algunas veces muy fértil, politización del pensamiento”, señala Vich.

“Más allá de los estudios culturales, se trata de alguien que fue a su manera un intelectual orgánico, y en tal sentido su trayectoria vital e intelectual ha aportado de manera sustancial al pensamiento crítico de raigambre marxista en el mundo de hoy. Porque muestra que sigue siendo posible construir conocimiento que aporta a la justicia, la libertad humana ante toda hegemonía deshumanizadora y la democracia auténtica en la vida política, pero también en las relaciones entre culturas, identidades y las llamadas 'razas'", dice Pajuelo. 

El hecho de que fuera uno de los primeros intelectuales orgánicos del mundo global -añade- le permitió efectuar en el centro mismo de la hegemonía global las preguntas incómodas propias de alguien que jala en su propia experiencia, y hasta en su propia piel, las huellas de la dominación colonial-capitalista. "El resultado es un abordaje que recoloca el funcionamiento de la nación, el racismo, la discriminación, las identidades y la dominación cultural en un contexto realmente global”, subraya.

Stuart Hall ha muerto, pero sus escritos, conferencias y sueños continuarán en los debates sobre las diferencias culturales. Hasta pronto, maestro.

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Stuart Hall in his own words