Dos inmigrantes son capturados por la Guardia Civil española a pocos metros de la playa de Melilla, territorio ibérico. Aunque probablemente lleven varias horas nadando, no son invitados a subir en la embarcación: son arrastrados por el mar hasta alcanzar aguas marroquíes. A unos 10 metros del puerto, las fuerzas del orden españolas les obligan a soltarse de la embarcación y nadar hasta tierra marroquí. Todo ocurre de manera ilegal, siguiendo las prácticas de las mafias que trafican con personas.

Lo que podría parecer un relato de terror, corresponde sin embargo con las expulsiones irregulares de inmigrantes subsaharianos de la Guardia Civil en Melilla. Todo queda reflejado en un video que la ONG española Prodien publicó el fin de semana. 

Ahora, la organización Human Rights Watch lanza también la voz de alarma tras publicar un informe que critica al Gobierno marroquí y español por los abusos y malos tratos a ilegales en la frontera de Marruecos con Ceuta y Melilla. 

Según el informe “Abusados y expulsados: maltrato de inmigrantes del África subsahariana en Marruecos”, elaborado a partir de una serie de testimonios a los implicados, las fuerzas de seguridad españolas "aplican la fuerza excesiva cuando expulsan en forma sumaria a inmigrantes de Melilla".

Once de los 15 entrevistados aseguraron que “las autoridades españolas les devolvieron a las aguas marroquíes sin averiguar si necesitaban protección internacional”, además entre ellos había cinco menores. El resto de los inmigrantes también fueron expulsados de España, pero sin ser entregados a las fuerzas de seguridad del país vecino. 

“Al actuar así la Guardia Civil contraviene las obligaciones de España derivadas de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, que incluye el derecho a solicitar asilo, y la directiva de devolución de la UE” que establece unas mínimas reglas comunes para la gestión de los flujos migratorios irregulares.

“Las expulsiones sumarias [desde Melilla] ponen a los inmigrantes en riesgo de padecer más violencia”, prosigue HRW. “Es razonable pensar que las autoridades españolas deben de ser conscientes de que los emigrantes corren el riesgo de ser maltratados si caen en manos de las autoridades de Marruecos”, añade.

Se desconoce el número de inmigrantes que residen en Marruecos esperando alcanzar suelo europeo y las estimaciones van de 4.500 a 40.000 personas. 

Los testimonios

Joseph, 31 años. De Camerún. Presentaba cojera y un ojo hinchado:

"Nos aproximamos al vallado para cruzar a Melilla e intentamos entrar. Algunos logramos entrar en Melilla, pero la Guardia Civil nos detuvo. Nos golpearon con porras. La fuerte paliza duró entre 5 y 10 minutos. Nos esposaron [con precintos plásticos], y luego abrieron el portón del vallado y nos entregaron a las Fuerzas Auxiliares [marroquíes].

Luego las Fuerzas Auxiliares nos golpearon con bastones. Mientras nos golpeaban, también nos palparon. Me robaron 250 dírhams [30 dólares] y mi teléfono celular. Nos obligaron a recostarnos boca abajo en el suelo, sin quitarnos las esposas. Permanecimos en el suelo durante una hora mientras nos golpeaban. Me golpearon con un palo en el ojo. Solamente se detuvieron cuando llegaron algunos superiores."

Martin, 22 años. Camerún:

"Llegamos a la valla y comenzaron a sonar las sirenas... Pude ver a mis amigos al otro lado [de Melilla]. La Guardia Civil golpeó a mis amigos con palos grandes. No porras policiales, sino palos. Te golpean hasta que te desmayas... yo retrocedí al lado marroquí. Cuando volví, [las Fuerzas Auxiliares marroquíes] me golpearon. Me sujetaron las manos, y luego me obligaron a permanecer boca abajo en el suelo. Me palparon y me quitaron el dinero que llevaba, mi teléfono e incluso los zapatos."

Investigar el uso de la fuerza

HRW insta al gobierno español a “poner fin al retorno forzoso a Marruecos” de subsaharianos hasta que ese país “demuestre que está en condiciones de proteger de manera sistemática a solicitantes de asilo y refugiados y de ofrecer un trato humanos a los migrantes”.

Además, pide que la Guardia Civil “recurra únicamente a un uso mínimo y proporcional de la fuerza” y, sobre todo, de que “se abstenga de emplear la fuerza ilegítima contra menores (…)”.

Y es que el informe de HRW se conoce días después de que 15 inmigrantes murieran ahogados en la frontera de Ceuta, donde las fuerzas de seguridad usaron antidisturbios.

Como resultado, numerosas organizaciones han presentado hoy una denuncia ante la Fiscalía General del Estado para exigir que se investigue la actuación de la Guardia Civil tras los testimonios de los supervivientes que aseguraron que las muertes se produjeron tras el pánico fruto de los disparos al agua de las fuerzas de seguridad.

Información de interés: 

Informe de HRW: Abusados y Expulsados

Comunicado del colectivo Migreurop