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el saxofonista y compositor steve lehman

Pi Recordings y las nuevas direcciones en el jazz

Una mirada sobre el catálogo del sello discográfico que se encuentra a la vanguardia de la innovación en el jazz contemporáneo.

Publicado: 2014-02-09

Cuando pienso en el jazz de la década de los sesenta (mi época preferida, para qué ocultarlo) me viene a la mente una suerte de jauría de estrellas básicamente reunidas en torno al sello Blue Note: Freddy Hubbard, Ron Carter, Eric Dolphy, Herbie Hancock, Wayne Shorter, Joe Henderson, Andrew Hill... La lista no tiene cuando acabar.  

Por supuesto, la selección es dudosa: Miles y Monk habían firmado para ese entonces con Columbia; Ornette, antes de pasarse a Blue Note por unos años, grabó sus mejores discos con Atlantic; Coltrane... Coltrane tenía su propio sello, Impulse! Records, por el que circularon, como sabemos, todos sus protégés. Pero existía, creo, y persiste, esa noción de que, durante unos cuantos años (¿cuántos serían? ¿8, 9?) Blue Note llegó a concentrar entre sus filas lo esencial de ese salvaje espíritu de renovación que vivió el jazz en los sesenta luego de la primera gran ola modernista que asoló las costas del género en el momento del auge del bebop.

Y entonces digo esto porque hoy me gustaría compartir con ustedes una noción similar. O sea claro, es distinto: las cifras de ventas de la industria del jazz son cada vez más ridículas y su exposición mediática es casi nula. De acuerdo. Eso es lo segundo que deberíamos tomar en cuenta. Lo primero, me parece, es la calidad de la producción. Y llámenme ingenuo, pero creo constatar en el periodo que se extiende desde inicios de los 2000 hasta la actualidad de nuevo un fenómeno de innovación sostenida, más modesto, sí, pero que parece no parar y que valdría la pena pasar en revista. 

Blue Note no ha dejado de tener relevancia en este contexto -de hecho promociona a varios de los artistas más destacados del momento, como los brillantes trompetistas Ambrose Akinmusire y Terence Blanchard. Pero me vería tentado a afirmar que en el centro de este fenómeno de efervescencia se encuentra una presencia absolutamente inesperada: el pequeño sello neoyorkino Pi Recordings, fundado en 2001.


Los veteranos

El compositor y multiinstrumentista Henry Threagill

El catálogo de Pi consta de una sorprendente mezcla de estilos y de generaciones de músicos que incluye a algunas de las figuras que marcaron el desarrollo del jazz en los ochenta y noventa. Entre estos veteranos cabe destacar, por su capacidad de reinventarse cada diez años, a dos figuras de gran relevancia actual: Steve Coleman y Henry Threadgill.

Coleman, saxofonista extraordinaire, compositor y flautista además de fundador de la corriente M-Base (que parte de una fusión altamente estilizada del jazz con elementos del funk y de otros estilos populares) vive hoy uno de sus mejores momentos. Su último álbum, Functional Arrhythmias (2013), así como su placa de 2010 Harvesting Semblances and Affinities han sido aplaudidos por la critica y demuestran la constante maduración de un artista cuyo sentido angular del fraseo, extraordinaria destreza rítmica y sofisticación en el uso de armonías remotas no han dejado de ejercer una poderosa influencia sobre sus colegas. 

Coleman es además notable por su capacidad para descubrir nuevos talentos, como es el caso de los trompetistas Ambrose Akinmusire y Jonathan Finlayson (quienes han formado parte de su agrupación Five Elements), y de la exquisita vocalista Jen Shyu.

Escuchemos un tema de Functional Arrhythmias:

Si Coleman parece no perder coherencia en la adaptación de su estilo a nuevos entornos y conceptos, la renovación que encontramos en la obra reciente de Henry Threadgill me parece que da cuenta de un salto aún más radical.

Lo primero que hay que decir sobre Threadgill es que ha tenido una carrera rica y variada: es uno de los miembros originales de la AACM (Association for the Advancement of Creative Musicians) en su ciudad natal del Chicago, fue parte del ecléctico trío AIR en los 70 y líder de dos notables sextetos en los ochenta; produce además, ocasionalmente, obras de concierto para ensambles clásicos. 

Su trabajo actual junto a la banda Zooid parte de un concepto a primera vista un tanto austero: la serialización del contenido interválico que le es asignado a cada intérprete en el contexto de las improvisaciones colectivas. Aunque suena a jerga derivada de Schoenberg (y lo es), lo que se obtiene con esto es en realidad un poderoso dispositivo para facilitar la navegación colectiva de los cambios abruptos y extrañas modulaciones que pueblan la música de este compositor e instrumentista ya casi septuagenario.

Threadgill ha publicado con Pi varios álbumes siguiendo este concepto, entre los que destacan This Brings Us To, volúmenes 1 y 2 y su más reciente producción, Tomorrow Sunny / The Revelry, Spp.

De Tomorrow Sunny, escuchemos el track Ambient Pressure Thereby:

Entre los otros importantes álbumes de estrellas veteranas del jazz publicados por Pi, podemos destacar también el último disco grabado por Sam Rivers antes de su fallecimiento en 2011: el excelente Reunion: Live in New York (editado en 2012), en el que comparte el escenario con Dave Holland y Barry Atschul.


Los jóvenes leones

steve lehman y su octeto

De las canteras de Pi ha surgido una cantidad notable de jóvenes músicos sedientos de experimentación. El saxofonista y compositor Steve Lehman (1978), cuyo trabajo ha sido aclamado desde tribunas tan diversas como The New York Times y la revista Art Forum, es quizá el más original representante de esta nueva camada. 

Su estilo señala el punto de encuentro de diversas tradiciones: por un lado de las concepciones de Steve Coleman y de Anthony Braxton, y por otro lado del jazz y de la música clásica contemporánea. Alumno del excelente saxofonista Jackie MacLean y del compositor espectralista Tristan Murail, Lehman combina en su producción ecos del sonido Blue Note que hemos discutido más arriba con un rigor compositivo inusual en este medio. Entre sus más interesantes proyectos cabe destacar el álbum Travail, Transformation and Flow (2009) en el que Lehman explora las posibilidades de la armonía espectral en un entorno de improvisación jazz.

Escuchemos, de Travail, el track titulado Alloy

Otro elemento inusual en la música de este joven jazzman es la influencia de la escena hip hop y de música dub de los noventa, lo que puede verse reflejado por ejemplo en este curioso cover de un tema del rapero GZA:

Pasemos ahora a comentar brevemente otro fenómeno reciente de interés en la esfera del jazz: el surgimiento de una generación de grandes improvisadores de origen asiático, en especial de ascendencia india. Dos figuras monumentales surgen en este panorama: el pianista Vijay Iyer y el saxofonista Rudresh Mahanthappa (ambos nacidos en 1971). Ellos ya forman parte de la pequeña élite de estrellas relativamente vendedoras del jazz, y han podido circular por diversos sellos generando bastante material de excelente nivel. 

Con Pi grabaron algunos de sus más interesantes proyectos, como Dual Identity (2010), en el que Mahantthapa comparte el protagonismo con Lehman, Reimagining (2006) de Iyer (en el que también participa Mahanthappa) y Black Water (2002) de Mahanthappa (donde a su vez Iyer hace las veces de sideman).  

Escuchemos, de Dual Identity, el track Foster Brothers:

Y ya que no he podido encontrar en Youtube tracks representativos de lo mejor del trabajo de Iyer para Pi Recordings, escuchemos este tema de su excelente disco Historicity, editado por el sello Act Music:

Además de Iyer, hay dos otros pianistas de valor en el sello Pi que valdría la pena mencionar: Matt Mitchell y David Virelles, cuyos álbumes de 2013 Fiction y Continuum han tenido una excelente acogida y suelen figurar entre las listas de lo mejor del año de las principales publicaciones dedicadas al jazz.

Escuchemos a Mitchell interpretar en vivo un clásico tema de Andrew Hill, Dedication:

Me parece justo terminar esta nota con una breve mención del trompetista Jonathan Finlayson, quien prácticamente ha llegado a definir el sonido de Pi Recordings (de un modo similar, por cierto, al rol que le tocó jugar a Joe Henderson en las mejores épocas de Blue Note): Finlayson se dio a conocer como el incansable sideman cuyo nombre reaparecía en muchas de las mejores sesiones de artistas como Steve Coleman, Steve Lehman y David Virelles. El año pasado editó su primer esfuerzo como líder, Moment and the Message y realmente no ha defraudado a sus seguidores: la placa es una pequeña joya.

Y sí, yo sé que no es fácil encontrar música de estos señores en Youtube. Pero fíjense que en la página de Pi Recordings pueden escuchar extractos de cada uno de estos discos. Provecho.


Escrito por

Alonso Almenara

Escribo en La Mula.


Publicado en

Redacción mulera

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