Nicomedes Santa Cruz, escuchándolo aprendí

Daniel Ávila I Redacción mulera

Publicado: 2014-02-05

Hoy se cumplen 24 años de la muerte de un genio, Nicomedes Santa Cruz. Cuenta la historia que antes de que este maestro y divulgador de la cultura afroperuana se fuera a vivir en 1981 a Madrid, Santa Cruz recibía burlas y afrentas en la calle, por su abierta posición socialista y al giro político -luego además de su viaje a Brasil- que empezaba a tomar su obra artística, sobre todo en relación a las reivindicaciones de la población afroperuana. De ahí probablemente la razón de su cambio de residencia. A pesar de ello, no cesó de difundir la cultura afroperuana en España y otros países.

Que el artista opte por ser abierto en esto, no debería asustar a nadie. Quizá él puede trascender el ámbito privado y promover lo que considera más justo, pues, tiene los medios para lograr ese fin. Más allá de este cariz, es triste saber que este país no puede retener a sus maestros para que dejen su palabra aquí. Y no puede: el ninguneo, la burla de las superficies, la marginalización.

Son pocos los artistas populares peruanos que han conseguido proyectar realidades, voces y sentimientos sumergidos hacia el ojo público, hacia el ojo 'culto', hacia los agentes que también que desarrollan y construyen nuestra cultura. Nicomedes lo hizo, y no solo sirviéndose de una forma poética bastante tradicional, la décima. Fue un testimonio poético de la voz afroperuana que encontró, en la expresión artística, la libertad de sus energías. Su legado persiste hasta hoy. Y con una voz lúdica, su crítica y reclamo: las formas vivas del arte afroperuano como nervio del país.

Como muchos han opinado a través de la historia crítica de la literatura, el octosílabo ha estado de manera natural en boca del pueblo, y la décima, forma estrófica que la usa, no ha sido exclusividad de sectores populares, sino de circuitos literarios cultos. Nicomedes Santa Cruz publicó libros donde podían leerse sus décimas, dentro de un circuito editorial, influenciadas, es probable, por el arte de repentistas negros; y también produjo espinelas exclusivamente para ser recitadas. Así, su labor y su producción tiene transferencias continuas entre un sistema culto y otro popular. Lo que hace más rica, exponencial, la experiencia de su obra si se considera.