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Argentina o la peor de las pesadillas para los economistas

A un paso de una nueva devaluación, la economía del país sudamericano podría ingresar en la senda de la estanflación

Publicado: 2014-02-05

Un escurridizo ex ministro de economía argentino Hernán Lorenzino, respondió en abril del 2013 “Me quiero ir, me quiero ir” ante una pregunta hecha por la prensa extranjera, con relación a la poco transparente cifra oficial de inflación.

La impresión es que la frase, puede replicarse hoy en boca de muchos argentinos.


Estanflación, ¿qué es y cómo funciona?

Es una trampa. 

La economía por un lado cae y por el otro, los precios aumentan. 

La siniestra ecuación: Contracción económica + inflación = estanflación  

El mecanismo se da gradualmente cuando en términos de PBI, éste decrece a través de un frágil consumo, demanda agregada y cuotas débiles de inversión pública y privada; en tanto, los precios ya sea por especulación en bienes y servicios (como por ejemplo, el combustible) o por una artificial oferta monetaria donde se imprime dinero sin respaldo en la producción agregada, tienden a subir.

Macroeconómicamente, lo esperado es que si la demanda o consumo se aceleran, la economía en términos de PBI haga lo mismo y con esto los precios se eleven no necesariamente en la misma proporción. Habrá inflación, pero con crecimiento.

La estanflación, por el contrario, genera que la demanda descienda y con esto el PBI baja en tanto los precios suben. Habrá inflación, pero sin crecimiento.


Mal bicho

De momento, las perspectivas de incremento para el 2014 son poco alentadoras para la Argentina. “En 2014 el aumento del PBI estará entre 0% y 1.5% y la inflación no bajará del 30%, pero tampoco subirá del 40%, siempre y cuando la devaluación sea exitosa” indicó Fausto Spotorno, director de investigación de Orlando J. Ferreres y Asociados.

La esperanza estaría en devaluar el peso, pero esto sin un ‘plan B’ que respalde la acción de poco servirá para controlar el sistema de precios de la economía que podría decantar en una cifra brutal de inflación (40%) sin crecimiento de PBI. Yendo más allá, una devaluación del peso adicional (sólo el mes pasado hubo una del orden del 15%), que no sea bien implementada y planificada traería consecuencias desastrosas para el empleo y los salarios. 

En opinión de Lorenzo Sigaut de la consultora Ecolatina, “La devaluación (sin plan B) y la incoherencia de la política económica van generando un caldo de incertidumbre que hace posible que este año la economía no crezca o directamente, caiga". Sigaut amplió refiriéndose a que: "…hay también un riesgo de aceleración de la inflación (…). Sólo en el primer trimestre la inflación podría llegar al 10% y en el año completo el 30% parece ser el piso y podría llegar al 35%".


Patológica devaluación

De acuerdo a la analista de The Wall Street Journal (WSJ), Mary O’Grady, Argentina tiene un afecto a devaluar su moneda. Para O’Grady, “Devaluar la moneda es la senda menos dolorosa cuando un gobierno no es capaz de cumplir con sus obligaciones” y citó al ministro de Finanzas irlandés, Michael Noonan, cuando éste dijo respecto a la devaluación: “…sus efectos sobre la población son brutales. La devaluación reduce el poder adquisitivo del país. Los salarios reales y el valor real de los ahorros de las personas comunes y corrientes disminuyen de un día para otro”.

En Argentina, esto no parece ser un aliciente para dejar la endémica costumbre de devaluar que en opinión de O’Grady, se ha convertido en un hábito enfermizo en la política económica argentina. “Una historia de 200 años de devaluaciones recurrentes es una condición más seria que una adicción. Es patológico”, señala la analista de WSJ. 

Por otro lado, Sigaut advierte que “…una la devaluación (…) debe estar acompañada por un plan económico consistente, que no se percibe en este caso”. Añadiendo, "…este será un año muy complejo. La incertidumbre hace que se retraigan la inversión y el consumo. Además, si los exportadores esperan que el peso se siga devaluando, van a seguir demorando las exportaciones"

De acuerdo a The Economist (TE), a la devaluación en Argentina habría que añadirle la sangría de las reservas internacionales netas. Para TE, Argentina y Venezuela tienen caminos muy complejos de cara a salir del estancamiento y acelerar sus respectivas economías, las cuales han sido definidas por TE como “Las más débiles” de la región y donde la farra fiscal de años pasados, aupada por el petróleo y la exportación de soya en Venezuela y Argentina, respectivamente les está pasando la factura.

O’Grady puntualizó que las reservas en la Argentina, han caído –sólo la semana pasada- en US$1,250 millones en el empeño de defender el peso. De acuerdo a la analista de WSJ, las reservas suman a la fecha US$28,300. En enero del 2011, éstas se situaban en US$52,600 millones. 

NOTA. Las reservas del Perú suman US$66,592 millones (Banco Central de Reserva, noviembre 2013).


¿Y los que sí hicieron la tarea?

Perú, Chile y Colombia, tres de las economías con indicadores macroeconómicos estables, poseen también retos muy complejos para el 2014: activar el crecimiento, vía inversión a fin de capear el temporal de precios internacionales de materias primas bajos y la mala racha de ingresos de capitales que podría activarse en el presente año.

La pregunta es, ¿cómo afectaría esta (probable) estanflación argentina a las economías mencionadas?  

Por un lado, el panorama se complicaría si frente al desempeño de la Argentina y de Venezuela, el capital foráneo enfile sus cañones hacia proyectos internos o ‘sobrecastigue’ a la región con una sequía de flujos de capital y una subida de tipos de interés (esto último ya lo está implementando). Por otra parte, el efecto podría ser neutro habida cuenta que la actividad inversora foránea sería cautelosa con todos los países de la región. Finalmente, un contexto auspicioso resultaría ver como opciones para atesorar inversiones extranjeras a economías como Perú, Chile y Colombia,  en lugar de mirar a la Argentina o Venezuela. 

En esta última coyuntura, es clave el papel de los Estados para destrabar proyectos, viabilizar concesiones, flexibilizar la política de inversiones y resolver pasivos sociales y medio ambientales para allanar el camino al capital y promover un equilibrio económico justo entre todos los actores de los proyectos. Caso contrario, de nada servirá recibir esos flujos.


Proyecciones macroeconómicas: ¿aún es posible hacerlas en Argentina?

Luciano Cohan, economista jefe de la consultora Elypsis, desarrolló dos escenarios para la economía platense. En el optimista, se predice una moderada contracción de la economía durante el primer semestre, para cerrar en una ligera recuperación, con lo cual, el año decantaría con un ‘crecimiento’ de 0%. El escenario pesimista, contempla que si las políticas monetaria y cambiaria se salen de control, la caída de la economía podría rondar el 3% ó 4% en el año.

Sin embargo, culmina un desalentado Cohan diciendo "…lamentablemente todo lo que proyectábamos hace un mes ya no sirve".

Sí, lo dicho: es una pesadilla.


Ver también: 

Cristina Kirchner critica duramente a los sindicatos. Los empresarios tampoco se salvan.

¿Seguirán emergiendo?



Escrito por

Eduardo Recoba Martínez

Economista, periodista, docente. Corresponsal para Latinoamérica de iForex financial news, consultor y analista. Sígueme en @eduardo_recoba


Publicado en

Redacción mulera

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