Es sin duda muy temprano para medir los efectos que habrá de tener el nuevo movimiento Podemos, lanzado en España hace apenas unos días, pero una cosa es cierta: la respuesta de los ciudadanos ha sido inmediata (y favorable), y permite suponer que esta iniciativa realmente captura las emociones y las necesidades políticas de un buen sector de la ciudadanía. Especialmente, el sector de los "indignados", que no ha desaparecido aunque a ratos parezca adormecerse.

Podemos, presentado el 17 de enero por el polítólogo y profesor universitario Pablo Iglesias Turrión (también conductor del programa televisivo La Tuerka)  se había propuesto lograr 50,000 adhesiones para el 8 de febrero. Esta búsqueda de apoyo fue definida por Iglesias como una forma de legitimación ciudadana, comparable a unas elecciones abiertas. Y debía ser la prueba inicial de viabilidad para el movimiento.

Pues bien, para el 19 de enero, a poco más de un día de lanzarse al ruedo, Podemos ya había alcanzado esa meta. Y las adhesiones han continuado llegando.

El proyecto inicial de Podemos es promover la candidatura de Iglesias a las elecciones europeas, que se realizarán en mayo. El pedido a Iglesias de encabezar esta candidatura vino de los firmantes del manifiesto: "Mover ficha: convertir la indignación en cambio político", un grupo de intelectuales y artistas que demanda "recuperar la soberaná popular".

Iglesias ha invitado a otras organizaciones igualmente opuestas a la austeridad impuesta por el actual gobierno derechista del Partido Popular y a sus medidas de retroceso en el gasto social, como Izquierda Unida, Anova, el Sindicato Andaluz de Trabajadores y las mareas ciudadanas, a unirse al esfuerzo. Y ha dicho también que si algún otro candidato logra mayor apoyo que él en camino a las elecciones europeas, se retirará de la carrera y trabajará a favor de quien sea elegido. 

Al comentar la inmediatez de la respuesta obtenida, Iglesias declaró al portal español Público.es que "la gente quiere recuperar la soberanía y está dando una lección de democracia, porque no hay crisis de la democracia sino una crisis de legitimidad de las élites".

El día del lanzamiento de Podemos, Iglesias explicó que el movimiento estará basado en la "decencia, la democracia y los derechos humanos", y busca incluir a las fuerzas políticas y sociales que se han enfrentado a los recortes sociales.

Logradas tan pronto las adhesiones, el siguiente paso es la formación de asambleas populares o "grupos de apoyo" -ya anunciados en la presentación- donde se debatirán las líneas políticas del proyecto y se trabajará en la plataforma electoral del movimiento. Para esto, Podemos incentivará la colaboración de todos los ciudadanos interesados interesados a través de una Wiki propia.

Como decía, es temprano aún, pero las señales son claras y las posibilidades reales. Un ejemplo de democracia participativa de izquierdas capaz de responder al sentimiento ciudadano y ofrecer resistencia a los poderes fácticos. Y un ejemplo de apertura y transparencia al que por otros lares debemos prestar atención.

Aquí, unas palabras de Pablo Iglesias en la presntación de su movimiento: