Balzac se iba a dormir a las 6 a.m., levantándose entre 12 p.m. o 1 a.m, hora en la que comenzaba la escritura de sus novelas por incesables doce horas. Los hábitos del sueño se condicen con las producción literaria y está acorde además con la disciplina de los horarios. Al respecto ya William Blake había precisado su orden en uno de los proverbios del infierno: "Piensa en la mañana. Actúa al mediodía. Come al atardecer. Duerme en la noche". 

Al respecto Maria Popova ha creado una lista de los horarios en que artistas e intelectuales como Ernest Hemingway, Immanuel Kant o Carl Jung solían levantarse. Esto forma parte de las investigaciones que Popova viene realizando desde su página Brain Pickings sobre las costumbres de diversos escritores. ¿Cuál es la relación entre el hábito de dormir y el escribir?, ¿quién duerme bien escribe mejor?, ¿las horas de sueño guardan vínculos con el ánimo del escritor?, son algunas de las preguntas que nos deja este trabajo.

Asunto de controversia, pienso de inmediato en el poeta simbolista Saint Paul Rox, quien -según cuenta Bretón- antes de ir a dormir solía colocar un letrero que decía “el poeta está trabajando”. Recuerdo además una genial frase de Donoso en El lugar sin límites: “qué terrible no dormir, lo que es nosotras dormimos tanto que ni sabemos cuándo estamos dormidas y cuándo estamos despiertas”.

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