Quizá uno de los covers más conocidos y que suscitaron mayor controversia en la historia de la música sea el de la canción Bittersweet Symphpony de la agrupación noventera The Verve, canción que, para ser exactos, no es un cover propiamente dicho, pues Richard Ashcroft (líder y compositor de The Verve) escribió la letra de la canción en su totalidad y solo usó en la música un riff similar al de la canción The Last Time de los Rolling Stones.  

La historia es un poco complicada pero más o menos va así: The Verve había solicitado una licencia para usar un sample de cinco acordes de la versión sinfónica que Andrew Loog Oldham había realizado (distanciándose bastante de la original) de la canción The Last Time de los Rolling Stones y obtuvo el permiso de la disquera Decca Records. The Verve usó esas cinco notas como leit motiv para Bittersweet Symphony y el resultado fue un éxito rotundo. 

Quizá este hecho despertó la ambición del manager de los Rolling Stones, Allen Klein, dueño de los derechos de la banda y todo lo que esta produjo hasta 1970, quien en 1997 los demandó por haber hecho uso indebido del permiso que se les había concedido. The Verve decidió arreglar el asunto fuera de los juzgados y entregarle a Allen Klein el total de los derechos de su canción pues perder la demanda les significaba un mayor pago por resarcimiento. Parecía una salida sencilla pero todo se complicó cuando Andrew Loog Oldman, quien poseía los derechos por el sample, decidió también demandarlos.

Esta fue la estocada final para The Verve; no solo no podían percibir regalías por su tema sino que también perdieron el control de la canción, que ahora debía ser compartida con los demandantes.

El hecho más tirado de los pelos en todo este asunto se produciría cuando en 1999, Bittersweet Symphony fue nominada a los Grammy y quienes aparecieron como autores fueron Mick Jagger y Keith Richards.

Al respecto, Ashcroft ironizaría: “Esta es la mejor canción que Jagger y Richards han escrito en los últimos veinte años”.

Al poco tiempo The Verve se desintegraría y Ashcroft empezaría una carrera como solista, pero nunca llegaría a obtener el éxito que obtuvo con su melodía más agria que dulce a fin de cuentas.

Aquí colgamos los tres vídeos de las canciones aludidas para que saque su conclusión:

The Last Time de The Rolling Stones

The Last Time de Andrew Oldham Orchestra 

Bitter Sweet Symphony de The Verve