Vargas Llosa: las personas necesitan la religión porque la cultura no les basta
Escritor reconoce que se debe fomentar la existencia de una vida religiosa pero sin permitir que iglesias se infiltren en el Estado.
Resaltando la necesidad de la laicismo de los estados pero instando a que estos promuevan la vida religiosa en sus habitantes, el escritor Mario Vargas Llosa sorprendió en una entrevista publicada hoy en el portal boliviano El Deber, pese a ser un personaje declarado abiertamente agnóstico.
Para Vargas Llosa la religión es "uno de los ingredientes fundamentales de la convivencia humana y del orden humano" porque la mayoría de la gente no puede aceptar la idea que no existe vida más allá de muerte.
"Eso produce en la gente desasosiego, angustia, inseguridad, locura, entonces la religión es la defensa que tiene el ser humano contra eso y creo que la gran mayoría de seres humanos necesita la religión porque la idea de justicia y de legalidad si no viene acompañada de esa fuerza espiritual pierde arraigo. La pura cultura no les basta. Nos basta a una minoría, la gran mayoría necesita una religión", manifestó.
Pero el autor de La Ciudad y Los Perros fue más allá señalando que esta idea, a la que se abraza la gran mayoría de personas, no solo debe ser aceptada sino también fomentada. En otras palabras, Vargas Llosa pidió tolerancia para una forma de vida y pensamiento que no todos comparten, una actitud que en la boca de algunos de sus representantes, como en el caso de la Iglesia Católica y algunas variantes del cristianismo- resulta, cuanto menos, inimaginable.
Para ejemplo solo nos basta recordar las innumerables declaraciones de cardenales e incluso del mismo Papa -antes de convertirse en cabeza de la iglesia y llegar con su discurso friendly- llamando a rechazar las uniones entre parejas del mismo sexo o la libertad de las mujeres sobre su propio cuerpo para decidir si abortar o no, sosteniendo que con ello se 'fomentan' valores negativos para la sociedad. Un discurso cerrado que no considera que se trata en realidad de una cuestión de derechos humanos, algo que el Nobel siempre ha defendido.
Pese a ello, el escritor resalta que la institución católica no deja de ser importante en la vida de los países en los que tiene presencia, siempre y cuando se tenga bien delimitada la línea que la separa del Estado.
"La iglesia católica es importante porque es uno de los aglutinantes que tenemos en Latinoamérica, pero al mismo tiempo creo que es importante que haya separación de iglesia y de Estado. Porque si la iglesia se infiltra en el Estado la libertad desaparece. Es importante que el Estado sea laico, pero que también fomente la existencia de una vida religiosa", dijo.
En ese sentido puso como ejemplo los pueblos de la Chiquitanía, donde estuvo de visita estos días y que mantienen una "serenidad y solidez social" derivados en gran parte de la fuerza que aún tiene la iglesia en dichas comunidades, una fuerza que, lamentablemente, la cultura aún no puede transmitir.
"Esa serenidad y esa vida espiritual deberían darlas la cultura, sobre todo. Pero no es así, la cultura no basta para llenar ese vacío en la gente, y eso hay que aceptarlo", puntualizó.
Una realidad latente pero con la que no estamos en la obligación de conformarnos. ¿Nos damos por vencidos? ¿Tú qué opinas?
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Esperando un mundo regido por la igualdad con base en las diferencias. @ginnoceronte
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