“Agradezco el respaldo que en todo momento hemos recibido del presidente Humala y los expresidentes Alan García y Alejandro Toledo quienes condujeron este proceso como una políticas de Estado durante tres gobiernos democráticos". Así se manifestó el agente peruano en La Haya, Allan Wagner, en su presentación ante la prensa internacional tras el fallo emitido por la Corte de La Haya. A diferencia de su par chileno, habló con mesura y sin adelantar juicio sobre lo dictaminado. Ello seguramente debido a la seguridad de haber logrado parte de lo que demandaba el Perú.

Esto fue ratificado con entusiasmo por el presidente Ollanta Humala, a diferencia de lo que ocurría en Santiago con las declaraciones del agente chileno en La Haya, Alberto van Klaveren, el mandatario Sebastián Piñera y la presidenta electa Michelle Bachelet, quienes quedaron inconformes con la sentencia, aunque indicaron que acatarían el fallo.

¿Es tanto así? ¿Realmente debemos quedar 'satisfechos'? “Se ha atendido buena parte de los planteamientos del Estado peruano. No sé si más de 70% como dice el presidente Ollanta Humala, pero más de un 50% sí”, señala a LaMula.pe el internacionalista Ramiro Escobar.

En su opinión, valió la pena recurrir a esta instancia porque “hay un saldo a favor”. “Cuando uno presenta una demanda ante la Corte, es poco probable que te den la razón en todo, y la Corte se ajusta a derecho y a criterios de equidad. No creo que haya habido una solución salomónica, pues lo salomónico no implica derecho. Por el otro, se abre una nueva etapa. Probablemente Chile siente el sinsabor de perder territorio marítimo, pero es la oportunidad de empezar una nueva relación”, detalla.

Por su parte, el constitucionalista Enrique Bernales coincide con el entusiasmo peruano y resalta que hay que tener en cuenta que es un fallo inspirado en el principio de equidad, y en su aplicación lo que se busca es que se resuelvan ciertas equidistancias, que atienda a las partes que están en la contienda, con el propósito de orientar hacia la paz.

“Es favorable para el Perú, en primer lugar, porque la Corte es la que señala que ella es la que fija la delimitación marítima. En segundo lugar, porque determina la equidistancia; traza una línea que no solamente nos da 28,000 kilómetros cuadrados de mar en el denominado 'triángulo externo' sino que también suma 22,000 kilómetros cuadrados por la determinación de la línea. Así, el Perú estará en posición de utilizar toda la zona económica. Entonces, hay razones para reconocer que ha sido un fallo correcto y que nos concede una porción de aguas marinas que antes las tenía Chile”, explica el exsenador a La Mula.pe.

Aunque al Perú no le han dado la razón en todo lo que proponía, por ejemplo hacer el trazo de la nueva demarcación marítima a partir del Punto Concordia (se hace a partir del Hito 1), esto no debe ser considerado como algo negativo. “Si bien no era lo que se pedía, no creo que genere un problema mayor”, subraya Escobar. “Era imposible que nos dieran la razón en todo, pero el resultado es parcialmente favorable”, reitera.

Bernales llama la atención en un punto importante: “No nos han dado 50 mil kilómetros cuadrados para irnos a bañar, sino para hacer una explotación económica en la zona”.

Ambos entrevistados coinciden en que la implementación de este fallo no debe demorar demasiado, pues no es complejo como el caso Colombia-Nicaragua. "Lo que hay que afinar son las coordenadas y proceder con la ocupación que corresponde", finaliza Bernales.

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