¿Fotito con tu doble?
¿Qué harías si te encontraras con tu doble por las calles de Lima?
Dice la tradición que si te encuentras con tu doble, morirás. Acaso en algún momento de la Historia esta concepción fue más bien un símbolo de unidad o reconciliación, sin embargo ha quedado el sentido siniestro como el dominante. Ciertamente este es el término que mejor definiría al doble: lo siniestro, aquello que siendo familiar (finalmente tiene nuestros rasgos) deviene en inquietante o perturbador pues es se trata de un otro, de un extraño.
La literatura fantástica ha aprovechado este tópico, sobre todo en Alemania donde podemos mencionar a Los elixires del diablo; otros ejemplos clásicos serían El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hide o el cuento “William Wilson” de Edgar Allan Poe. Citemos además dos autores peruanos que abordaron el tema: Clemente Palma (en “La aventura del hombre que no nació” ) y Julio Ramón Ribeyro (en “Doblaje”).
Lo cierto es que el doble plantea un problema de identidad y recuerda la bifurcación del yo. Sin embargo, con el paso de los tiempos, el asunto se ha convertido más bien en algo divertido, alejado de las truculencias literarias. Así, el fotógrafo Francois Brunelle ha retratado a personas idénticas que no se habían visto nunca antes y que no tienen ningún parentesco, todas ellas sonrientes, al parecer felices de haberse encontrado con su doble.
Estas son las imágenes.
Escrito por
Escritor y corresponsal de literaturas indígenas en Latin American Literature Today
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