Una vez más, la élite financiera, empresarial y política con mayor influencia en la marcha de la economía global se ha dado cita en la tranquila estación de esquí de Davos, en los Alpes suizos.

El Foro Económico Mundial es una selecta reunión que desde 1971 únicamente está al alcance de bolsillos multimillonarios, defensores a ultranza de las 'bondades' del mercado. Por ello, miles de manifestantes antiglobalización se encuentran ya en las cercanías del foro para protestar por su edición 44, que comenzó hoy con unos 40 jefes de Estado y Gobierno y más de 1,500 líderes empresariales.

Eso sí, las protestas llegarán en medio de altas medidas de seguridad. Los manifestantes no sólo tendrán que luchar contra las bajas temperaturas, también deberán sortear más de 600 barreras en carreteras y caminos que conecten a Davos, así como 24 kilómetros de vallas para restringir el acceso, informa Efe.

Es más, el gobierno suizo desplegó a más de 3 mil militares para proteger los alrededores y el centro de convenciones, además de 500 policías para vigilar las calles de la ciudad. Por su parte, el espacio aéreo de la estación alpina permanecerá cerrado durante 10 horas diarias, con controles por radar y aviones caza, disponibles en caso de que sea necesario. 

Davos y la disparidad económica

Este año el foro presenta una novedad: la cita pretende examinar el efecto de sus propios actos. Un estudio, elaborado a petición del Foro, advierte de los "riesgos globales 2014" en el marco de la gran recesión, que incluyen el peligro de la agitación social, asociada al descontento de los jóvenes sin empleo que protestan contra la desigualdad y la corrupción. 

Incluso David Cole -jefe de riesgos en la empresa Swis Re que trabajó en la redacción del estudio-, que se considera "un gran partidario del capitalismo", llegó a admitir que "hay momentos en que el capitalismo puede ir a toda marcha y es importante tener medidas establecidas, ya sean regulatorias, gubernamentales o tributarias, que aseguren que podemos evitar excesos en términos de ingresos y de distribución de las riquezas", informa Europa Press.

Sin embargo, habrá que ver si las personalidades reunidas en el foro tienen la intención de poner fin a estas desigualdades. Y es que no resulta del todo coherente, teniendo en cuenta que gran parte de las 85 personas más ricas del planeta -que poseen tanta riqueza como 3,500 millones de personas- estarán en la cita. 

Así lo señala un estudio de la organización no gubernamental Oxfam con motivo del Foro Económico que critica además la evasión de impuestos que hacen los más ricos a través de los paraísos fiscales, así como la política estatal de ahorro que afecta sobre todo a las capas sociales más bajas.  

“Las élites acomodadas han copado el poder político y establecen las reglas del juego económico, socavando la democracia”, denuncia la organización, que subraya que es un proceso que ocurre a nivel global.

Protestas contra el modelo de Davos

Por ello, hasta el  25 de enero manifestantes reclamarán soluciones reales para los problemas que afectan a un mundo sumergido en varias crisis. 

El primer grupo en lanzar la voz de alarma ha sido el colectivo feminista Femen, que logró llegar al área de seguridad de la estación suiza con el torso desnudo y pintado con el lema SOS DAVOS.

Tres de sus integrantes corearon lemas y empuñaron bengalas de humo rosa, hasta que fueron detenidos cuando intentaban sortear una valla de seguridad. 

Entre las activistas, destaca la figura de la líder ucraniana del movimiento, Inna Shevchenko. "Hoy las activistas de Femen vinieron a gritar SOS en Davos, SOS para todas la mujeres en el mundo, que están cansadas de ver a estos tipos que están protegidos, comen caviar y beben champán y pretende que les preocupa la suerte de las mujeres", declaró.

"Cuando hablan de las mujeres en economía su discusión es sobre una cosa: cómo ganar más dinero usando a las mujeres, porque las mujeres siempre han sido tratadas como esclavas, trabajadoras baratas disponibles", añadió.