La 'quenelle' es un gesto que ha generado polémica en Francia y el resto de Europa. La 'quenelle' se hace con los brazos: uno se extiende recto hacia el suelo, mientras que el otro cruza el pecho y posa la mano sobre la axila del extendido. Como vemos, no es el gesto en sí lo que incomoda. Es lo que puede representar a los ojos de ciertos grupos.  

Su creador, el comediante franco-camerunés Dieudonné, ha rechazado en más de una oportunidad que la 'quenelle', la cual él realiza en cada una de sus presentaciones, tenga alguna similitud con el aciago saludo nazi.

Pero ocurre que Dieudonné practica un humor que descree del discurso oficial en torno a los padecimientos sufridos por la comunidad judía durante la segunda guerra mundial. 

Esto no solo le ha generado problemas con el Estado francés, que lo ha multado en más de una oportunidad por el delito de negar el holocausto, sino también con diversos sectores sociales que lo han tildado de “antisemita”. De allí que la 'quenelle' haya tenido tal interpretación.

La tormenta mediática y judicial que se desató por la puesta en escena de uno de sus más recientes espectáculos, "La Mur", y que llevó a la intervención directa del propio ministro del Interior, generó un acalorado debate en Francia: ¿Dieudonné ejecuta un arte desde una posición radical —por lo que debería ser combatido— o desde una transgresora —por lo que debería permitírsele expresarse—?

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Todo depende de cómo se interprete el gesto.

Anelka lo hizo cuando celebró un gol a fines del año pasado, y declaró que lo hacía en solidaridad con Dieudonné. 

Sin embargo, a ojos de las autoridades deportivas inglesas, puesto que el gesto se realizó durante un partido de la Premier League, el gesto es antisemita, xenófobo y, por lo tanto, debía ser condenado.

Así, la Federación Inglesa de Fútbol (FA) castigó al exseleccionado francés con la inhabilitación por cinco fechas. 

"El consejo considera que cualquier conducta dentro o fuera del terreno de juego con connotaciones racistas debe abordarse con tolerancia cero y debe ser expulsado por las autoridades del fútbol.", reza el comunicado. 

Pero no ha sido lo único. Uno de los patrocinadores del West Bromwich, club de Anelka, decidió retirar su marca de la camiseta, lo que, por supuesto, afectará económicamente a la institución. 

En solo dos años se había desembolsado 3.6 millones de euros por el contrato de publicidad. Gracias a Anelka, ese dinero ya no llegará.

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Dieudonné, quien ha ofrecido hace pocos días su nuevo espectáculo, ya plenamente purgado de cualquier rutina que sea considerada motivo de agravio por las autoridades de su país, sigue firme en su convicción: la 'quenelle' no es antisemita.

El problema es que muchos de sus seguidores, algunos alimentados por un extremismo preocupante, están demostrando que ese simple movimiento de brazos está siendo resemantizado, está siendo cargado con un nuevo mensaje —si es que nunca albergó uno ofensivo— que revela la tensión existente en Francia (y el resto de Europa). 

Fungiendo de abogados del diablo, ¿Dieudonné no ha sido consciente de lo que ha creado?