En 1843 se publicó en El Comercio una novela de folletín titulada Lima de aquí a cien años. Lo curioso de esta novela es su carácter futurista que la convierte en la primera novela de ciencia ficción peruana, pues nos hablada de cómo sería Lima en 1943. La novela inicia cuando uno de los protagonistas, repentinamente, se ve trasladado por un genio mágico al futuro.  

Para el autor, Julian Manuel del Portillo, la ciudad ideal destacaría por su modernidad espacial y éxito económico. Tras un siglo Lima será una metrópoli ordenada, llena de paz. Esta novela, sin embargo, propone una ideología de la élite criolla de la época, de aquí que dentro de este escenario próspero nunca aparezca ningún personaje indio.

Bajo esta misma perpectiva, eurocéntrica, la novela propone una periodización histórica particular, de esta manera se indica que la Historia del Perú se inicia con la Conquista, destacando así la imagen de un Pizarro civilizador.

Con este afán modernizador se marcan además importantes contrastes entre una y otra época, así por ejemplo:

a) el suelo suave de 1943 en contraposición al suelo duro de 1843 “piso formado de piedras grandes perfectamente picadas é igualadas es tan suave como era duro el que teniamos en otro tiempo en todos nuestros patios”.

b) luz frente a la oscuridad: “cual fue mi sorpresa al ver el alumbrado! Que luz Dios mío! …te acuerdas, Carlos, de los indecentes y tristes faroles del siglo en que nacimos, que mas bien parecían lámparas sepulcrales que luminarias de hombre”.

c) gustos de ciudad frente a gustos de aldea: “al recordar aquellos cartelones llenos de disparates con que adornaban los actores en otros tiempo nuestros antiguos portales, dignos mas bien de exitar la curiosidad de habitantes de aldeas y ver esos cuadritos tan sencillos y elegantes, exclamé: el progreso es general”.

d) la diferente caracterización de la ciudad de Lima como mujer: en 1843 debido al alboroto de las guerras viviles se le llama "triste viuda", pero en 1943 es ahora una "hermosa joven".

Considerando los ideales que motivaron la escritura de Portillo (y además una serie de textos semejantes como "Cuzco de aquí a cien años" y "Bolivia de aquí a cien años") valgan hacerse algunas preguntas: ¿no vivimos ahora, como Portillo, una ciega confianza en el progreso como medicina a todos los problemas sociales?, ¿cómo imaginar nuestra actual ciudad en el 2114?