Romeo y Julieta ilustrados por Dalí
Cuando el surrealismo reproduce la pasión de una historia inmortal.
Es algo que ocurre siempre con las obras clásicas. Su valor puede cambiar en cada época, pues cada generación las leerá de forma diferente y les encontrará sus propias respuestas, pero lo único fijo es que mantendrán algo que ofrecer, algo que decir.
Romeo y Julieta, aunque habitantes de la ficción, se convirtieron en figuras paradigmáticas del amor intenso —y trágico— para Occidente. Puede que uno no sepa necesariamente que no fue William Shakespeare el primero en valerse de ellos para una obra. Pues la historia de dos jóvenes enamorados distanciados por el odio existente entre sus familias surge mucho antes que el dramaturgo inglés los rebautizara y los registrara en su versión de 1597. Sin embargo, lo que sí resultará casi imposible es que alguien desconozca o ignore quiénes son y qué sucedió con ellos.
La mirada surrealista del genio español Salvador Dalí se posó sobre Romeo y Julieta para dejar como resultado un conjunto de litografías que nos muestran la pasión hecha color. Una edición de lujo preparada por la editorial Rizzoli en 1975 hizo posible esta conjunción de artes. Y era de lujo porque venía en un estuche de seda roja y contaba tan solo con 999 ejemplares, los cuales, por cierto, hoy son difíciles de conseguir.
Dalí retrató con precisión, no unos rostros, que —después de todo— habrían sido otros más que los artistas han imaginado para estos amantes, sino un conjunto de sentimientos —amor, odio, esperanza, angustia— hermanados por su intensidad.
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Literatura. Historia. Arte. Lima. Y también dibujo ciudades en mis ratos libres. @dinamodelima
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