El drama de Sudán del Sur
El país africano se encamina hacia una cruenta guerra civil que ya ha dejado un cuarto de millón de desplazados por los enfrentamientos.
El país más joven del planeta, Sudán del Sur, se desliza sin freno hacia una cruenta guerra civil. Desde que se desató la violencia hace casi un mes, un cuarto de millón de personas han huido de los enfrentamientos entre rebeldes y el Ejército. Es más, por el momento, el conflicto deja a miles de fallecidos al ritmo que crecen los rumores de matanzas étnicas, según información de agencias.
Y es que las imágenes de terror se repiten constantemente. Hoy, más de 200 personas han perdido la vida en un accidente de ferry en el río Nilo Blanco cuando intentaban evitar a las diferentes facciones, según la agencia France Press.
Así, cerca de 43,000 sursudaneses han huido del país a lugares vecinos, principalmente Uganda, y más de 231,000 viven desplazados dentro del país, informaron en Ginebra diversas agencias de la ONU.
El conflicto de Sudán del Sur
Después de 22 agotadores años de conflicto, que dejaron tras sí dos millones de muertos y casi un millón de refugiados y desplazados, Sudán del Sur logró la independencia del norte en junio de 2011.
La nueva nación de ocho millones de habitantes posee una de las tierras más fértiles del continente negro -principalmente en petróleo-. Sin embargo, cuenta con tan solo 60 kilómetros de carreteras asfaltadas y ni siquiera tiene red eléctrica. Con estas caractéristicas no sorprende que la estabilidad tenga los días contados.
Durante el último mes regresaron los enfrentamientos entre dos grupos en el seno del Ejército, uno partidario del presidente Salva Kiir, de la etnia dinka, y el otro de su exvicepresidente y rival político, Riek Machar, de la etnia nuer. El punto de quiebre fue una aparición televisada del presidente acusando a Machar de promover un golpe de estado -Machar, ya había sido expulsado del gobierno en junio y había declarado sus intenciones de ser candidato presidencial en 2015-.
Desde entonces, las mismas dinámicas de la guerra civil se activaron y las facciones armadas se alienaron de acuerdo a su identidad étnica, retomando una situación previa a los acuerdos de paz de 2005, señala en El País Iliana Mier-Lavin, investigadora en la Universidad de Columbia. Por su parte, a ONU, que ha rechazado calificar lo ocurrido como "conflicto étnico", insiste que se trata de una lucha por el poder.
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