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Confidencias en alta voz

La escritora chilena Isabel Allende se muestra a favor de la unión civil entre parejas homosexuales, opina sobre la legalización de la marihuana y cuenta que probó ayahuasca.

Publicado: 2014-01-09

Entrevistada por el portal The Clinic, la novelista chilena Isabel Allende, compartió sus ideas sobre distintos temas: la política de su país, la unión civil entre homosexuales, la legalización de la marihuana y su propia experiencia con sustancias alucinógenas. 

Leída por millones en el mundo, traducida a diversos idiomas, resistida por los circuitos críticos y académicos, ella es también, tanto por su obra como por su actitud, una de las voces que más se toma en cuenta cuando se quiere analizar el rol de la mujer latinoamericana contemporánea.

Isabel, por sus antecedentes familiares, se halla vinculada directamente con la historia de su país. Su padre fue un diplomático que, inclusive, llegó a Lima como embajador de su país. Es, por tal motivo, que ella naciera en la capital peruana. 

También hay que recordar que ella es sobrina de Salvador Allende, mandatario que sufrió un golpe de Estado de parte del entonces comandante en jefe de las FF. AA. chilenas, Augusto Pinochet, en 1973. Así que no debe sorprender que siempre se espere su opinión sobre el panorama político, y también sobre la actualidad, de Chile.

Sobre Michelle Bachelet, reconoció como un mérito de la reciente mandataria electa que tenga "antena". Es decir, que posea una mayor sensibilidad para con los fenómenos que se presentan en la sociedad chilena contemporánea: "[Ella] percibe lo que está debajo de la superficie, se da cuenta cómo ha cambiado la sociedad (...) se da cuenta que es un poco lo que le falta a la derecha, que viven tan aislados que no se dan cuenta lo que está pasando abajo."


El machismo.

Pese a que en Chile la situación de las mujeres ha ido mejorando en los últimos años. Isabel cree que aún es insuficiente. 

Porque más allá de que se haya tenido a dos candidatas presidenciales inmersas en una segunda vuelta, y a distintas mujeres con liderazgo político, el machismo impera todavía en sectores fundamentales como las finanzas: "tú ves las corporaciones, los bancos, donde está el verdadero poder, ahí la mujer no está representada para nada, ahí no llegas nunca a una posición alta". 

Es bastante enfática acerca de este aspecto. El crédito y los honores continúan siendo asignados únicamente a los varones, al "macho que está arriba". Lo que le lleva a concluir que, más allá de los espacios ganados, "falta una brutalidad todavía". La escritora es consciente de ello: "Sigue habiendo mucha violencia contra la mujer."


Unión civil de los homosexuales.

Esta imposición sobre determinados grupos sociales también se presenta —y con mayor dureza— en el caso de las parejas homosexuales.

Se le pidió su opinión sobre la unión civil. Para la novelista, quien ha vivido directamente la experiencia de tener familiares que aceptan su condición solo tras un proceso tortuoso, el asunto no debería ser tan complejizado. 

"Me cuesta entender cuál es el problema. Una pareja es una pareja, son dos personas que se aman y que han decidido estar juntas para el resto de la vida o hasta donde puedan, formar una familia, tener hijos, compartir bienes comunes, ayudarse en la enfermedad, en la desgracia y celebrar cuando las cosas están buenas. ¿Qué importa si son dos hombres o dos mujeres, qué más da?", explica.

La adopción de niños por parte de estas parejas no se trata de una situación imposible. Considera que la preocupación por el bienestar de las criaturas debe estar alimentada por la calidad de las personas, no por su tendencia sexual.


Legalizar las drogas.

Isabel ha vivido el terror que significa tener un familiar atrapado en las drogas. Dos de sus tres hijastros fallecieron por consecuencia de su uso y abuso, mientras que el último de ellos ha tenido que quedarse en más de una ocasión detrás de las rejas de una prisión.

De allí que crea necesario atender con una mentalidad distinta dicha problemática: "Las drogas mayores tienen que controlarse, pero tú no puedes penalizar al enfermo, tienes que controlar la droga en la medida en que se le proporcione al adicto lo que necesita lo mismo que si fuera una persona con una enfermedad al hígado." 

La legalización puede ayudar, sostiene la novelista, a que los adictos sean controlados. Una solución más sensata para enfrentar su malestar a que simplemente sean condenados y encerrados.

"Prohibir no ha resultado como medida contingente, ya ves tú que hay más consumo y ha derivado en varios problemas de población penal y que eso no resuelve nada, porque nadie que vaya preso se cura de una adicción."


La ayahuasca.

Confiesa que probó drogas en alguna oportunidad. No comparte la idea de que los artistas deban utilizarlas necesariamente para poder ser más creativos, pero reconoce que para una de sus obras tuvo que probar ayahuasca.

Al tratarse de una novela ambientada en la selva amazónica, lo hizo para recrear y poder vertir en su historia la sensación que experimentan los habitantes de la zona cuando tienen las alucinaciones que la ayahuasca provoca.

"Yo no me podía ni imaginar cómo era la cosa, entonces probé la ayahuasca y estuve volada como tres días y enferma para qué te digo (...) no es que la esté recomendando pero debo admitir que la usé, yo no tengo miedo de experimentar porque no tengo una naturaleza adicta, puedo probar una o dos veces y no me va a pasar nada", sentencia.


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La literatura que recuerda lo imaginado. Un breve perfil de Isabel Allende.


Escrito por

Paulo César Peña

Literatura. Historia. Arte. Lima. Y también dibujo ciudades en mis ratos libres. @dinamodelima


Publicado en

Redacción mulera

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