La Casa Real española se enfrenta a su mayor crisis. Si las encuestas revelaban hace unos días que el 62% de españoles cree que el rey Juan Carlos de Borbón debería renunciar a la corona, ahora la monarquía vuelve a las primeras planas de los medios. La infanta Cristina, hija de Juan Carlos, ha sido citada a declarar como imputada por presuntos delitos de fraude fiscal y blanqueo de capitales, generados por los negocios sucios de su esposo Iñaki Urdangarin.

Así, el juez instructor del llamado "Caso Nóos", José Castro, llama a la hija del Rey a declarar el 8 de marzo, en un caso en el que también están imputados Urdangarin y su exsocio Diego Torres, por la presunta desviación entre 2004 y 2007 de unos 8,7 millones de dólares de fondos públicos a través del Instituto Nóos, una institución sin fines lucrativos.  

Castro no tiene dudas. Después de nueve meses de investigación y reconstrucción de la vida financiera y tributaria de Cristina considera que, aunque "hacía que miraba para otro lado" conocía los delitos de su marido. Es más, señala que la infanta pudo incurrir en posibles delitos fiscales y de blanqueo desde la empresa Aizoon, de la que es propietaria al 50 % junto a su esposo.

En el auto de 227 folios para imputar por segunda vez a la Infanta, el juez apunta que Urdangarin "difícilmente" pudo haber defraudado a Hacienda "sin, cuando menos, el conocimiento y aquiescencia de su mujer por mucho que de cara a terceros", ella mantuviera "una actitud propia de quien mira para otro lado".

Una monarquía en crisis

La duquesa de Palma ya se salvó de los tribunales tras suspenderese la citación que la imputó por primera vez en abril de 2013. Sin embargo, pese a la oposición del fiscal, las presiones de la población y la desprestigiada imagen de la monarquía generan efecto. Y es que la polémica en torno a la la Casa Real está servida y hay para todos los gustos: desde el caso Nóos, los oscuros negocios de la amiga del Rey Corinna zu Sayn-Wittgenstein, hasta las cacerías de elefantes de Juan Carlos.

Los intentos de la Casa Real por calmar las aguas no tienen efecto. No importa que la familia real se viera obligada a publicar sus cuentas y expulsar a Iñaki de las ceremonias oficiales, o que el Rey pidiera hace un año “rigor, seriedad y ejemplaridad”, respecto al caso Nóos. Las voces del pueblo español parecen claras: quieren un Jaque al rey. 

Información sobre la imputación:

Auto de imputación de la Infanta (primera parte)

Auto de imputación de la Infanta (segunda parte)

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