Tras aprobarse en julio del 2013 por el parlamento irlandés, este 1 de enero entró en vigencia la nueva ley que permite la interrupción voluntaria del embarazo en caso de riesgo para la vida de madres gestantes.

A pesar de contar con profundas raíces católicas, Irlanda abrió paso a esta medida luego del fallecimiento de Savita Halappanavar, quien pasó a mejor vida después que los médicos se negaran a practicarle un aborto. 

Halappanavar, odontóloga india de 31 años, ingresó al hospital en Galway al presentar una pérdida fetal espontánea en octubre de 2012, informó la BBC. Su solicitud para que se le practicara un aborto fue rechazada y murió una semana después por una infección generalizada.

Cabe señalar que, si bien es cierto esta normativa autoriza el aborto para casos en que esté en riesgo la vida de la madre, el gobierno irlandés mantiene aún prohibida la legalización del particular para casos de violación y anormalidades del feto.