Pulp Fiction ha sido escogida este 2013 como una de las películas que formaran parte del Registro Nacional de Filmes de la Biblioteca del Congreso de EE.UU. Si uno aprecia la lista completa de las 25 películas seleccionadas no deja de sorprender su inclusión, de hecho es la única película de los 90.  

Cada escena de Pulp Fiction es una tensión, sobre todo cuando interviene Jules Winnfield y comienza a citar Ezequiel 25: 17 o a reflexionar como un místico al final de la película. Es en las líneas de este personaje donde se aprecia la agudeza de Tarantino para construir un guión, para configurar una complejidad en medio de escenarios banales, otorgar solemnidad a la muerte.

El gran dilema de Jules es el camino del hombre recto, la disyuntiva entre la iluminación o la corrupción. A partir de las meditaciones diría que el gran tema de Pulp Fiction es el destino y el azar. Pienso, por ejemplo, en las formas en que mueren Martin o Vincent: en momentos triviales, uno mientras aparentemente viaja seguro en un carro, el otro mientras sale del baño.

De hecho para Tarantino la muerte no solo es una excusa para la sangre sino que tiene una categoría existencial, una especie de péndulo que nos rodea y de las que nos salvamos solo por una decisión. Para Tarantino todo se concentra en una decisión que cambiará todo, el mejor ejemplo al respecto es la famosa escena de la adrenalina o el momento en que Bucth decide rescartar a Marsellus Wallace.

De hecho, junto a Jules es Butch quien vuelve a representar las disyuntivas del hombre correcto. Es este caso aquella situación degradante o decadente de la que habla la cita bíblica que siempre cita Jules halla en la sección "El reloj de oro" todo su esplendor. En medio de lo sádico y lo perverso, Bucth decide volver y salvar a su perseguidor, lo cual demuestra la primacía del hombre recto a pesar de todo.

Bucht en este sentido se convierte en el modelo del "guardian de su hermano". Pero esto no significa que para Tarantino la opción sea la bondad sino que esto opera más bien desde una visión sanguinaria. En este sentido un punto clave sería la venganza del hombre recto (tal como vuelve a suceder en Kill Bill, en Inglourious Basterds y Django).

Hay otro tema importante en la película, me refiero al humor, un humor que se combina con la crueldad, es decir, esa risa que surge durante la catástrofe, recordemos sino el momento en que Vincent lleva a la esposa de Marsellus a la casa de Lance y choca el carro, la escena en que disparan a Marvin y sus sesos explotan y, por supuesto, la intervención de Winston Wolfe, especialista en resolver problemas. ¿Cuántos no han querido tener un Wolfe en los momentos de crisis?

Hay una constante en la película, esa tensión entre la risa, la muerte, la rectitud, la venganza, en otras palabras, la tensión entre lo vital y lo mortuorio en constante revoltijo. Estas temáticas, el estilo de la cámara, la complejidad de las historias enlazadas como vasos comunicantes, y muchas razones más, hacen de Pulp Fiction no solo un tesoro del cine norteamericano sino del cine a nivel mundial.

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