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Como el último día

Publicado: 2013-12-07

En su columna de hoy, Augusto Álvarez Rodrich hace una crítica a las últimas declaraciones del presidente del Consejo de Ministros César Villanueva cuando se refirió a 'oxigenar' el gabinete ministerial y al decir que si no cumple lo prometido, se va.

Le recomendó que si viene diciendo lo mismo hace como un mes, que finalmente lo haga y no lo diga a cada rato ya que mella el poder y efectividad del gobierno. Y que vea ese tema lo antes posible con la ayuda de Ollanta Humala para que de el visto bueno final.

Lea aquí la columna publicada en La República:


Un gabinete que pareciera estar dando su prueba Pisa.

El premier César Villanueva debería hablar de cambios ministeriales recién cuando los acuerde con el presidente Ollanta Humala y sepa quiénes se van y quiénes se quedan.

En algunos empleos –como el de entrenador de fútbol o ministro de Estado– siempre se camina al filo de la navaja y se sabe que el despido puede llegar en cualquier momento, especialmente en el menos pensado, incluso por razones ajenas al propio desempeño, a pesar de lo cual siempre hay que trabajar pensando en un horizonte amplio.

Pero aun sabiendo un ministro que hoy puede ser el último día, si el premier –o sea su jefe– anda repitiendo desde hace un mes que, dentro de un mes, habrá cambios en el gabinete, sin especificarlos, el resultado es perjudicial pues se mella el poder y efectividad del gobierno.

Interrogado por cambios ministeriales, anteayer, antes de partir a Piura, el premier Villanueva reiteró, por cuarta vez, su inminencia:

“Pronto vamos a tener esa información. Hemos estado demasiado ocupados en muchas cosas de coyuntura, acuérdense que yo estoy treinta días y que he encontrado un barco muy movido, pero sí, con toda seguridad vamos a oxigenar un poco muchas cosas”.

Más allá del problema de prioridades que esto implica, pues una tarea básica –y relativamente urgente–de todo premier es la definición del gabinete, está la pérdida de ‘empoderamiento’ del equipo que lidera.

Esto se agrava por la crítica al mismo que también implica la declaración del premier cuando sostiene que “hay que tener un gabinete con ministros que trabajen en el terreno y desde ahí comiencen a resolver los problemas”, pues esto supone que hoy no los tiene.

Un ministro sabe que se puede ir en cualquier momento, pero el anuncio de una evaluación pública prolongada menoscaba su poder.

Además, el premier Villanueva ha ido un poco más allá al sostener, unas horas más tarde, ya en Piura, que él mismo está a prueba:

“Cada cosa que tengamos que decir es una cosa que se va a cumplir; y si no se cumple, nos tocará (irnos). Voy a regresar al Congreso para dar cuenta de lo que estoy haciendo en estos seis meses, y si no puedo cumplir, me voy. Me interesa un pito un cargo de primer ministro si es que no podemos empujar el carro”.

Mejor sería que, cuanto antes, Villanueva defina el equipo ministerial con el que va a trabajar, y que lo acuerde con Humala, además de mejorar la fluidez de su relación con este para evitar desarmonías como la que hizo que, en la última CADE de Paracas, al final el Presidente haya optado por ir él con un grupo de cinco ministros y pedirles a los organizadores que ya no hacía falta que asistiera el premier.



Escrito por

Diana Chirinos

Ciencias de la Comunicación. USMP. Música, cine clásico, deportes, política, lectura.


Publicado en

Redacción mulera

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