#ElPerúQueQueremos

El Congreso es un cuerpo enfermo

La Bicameralidad es un sistema interesante que podría mejorar el trabajo en el Pleno. Sin embargo, sin partidos, sin líderes y con un Congreso que la ciudadanía desprecia, este sistema no significa una reforma de fondo.

Publicado: 2013-11-27

Una solución no es. La Bicameralidad propone que lo expresidentes investigados sean parte del debate en el pleno y que tengan inmunidad que los limpiaría y salvaría de la cárcel y el ojo público. Aunque Alan García se opone, la Comisión ya le dio visto bueno al proyecto y se debatirá en la primera legislatura del 2014.

Pero el problema de fondo es otro: ¿por qué el Congreso tiene tan mala reputación? ¿Por qué este poder del Estado no es un soporte para la democracia? Este cambio significa una evolución en las reglas de juego, pero con los mismos personajes, anquilosados en una visión de la historia que estanca cada vez más al Perú, que no está mal por la existencia o no de leyes, sino porque nadie las cumple, porque no existe la cultura de la disciplina en este país. 

Los problemas del Perú se condensan en el Congreso. Que a esos 130 parlamentarios se les sume 60 más, además de los tres expresidentes que están presos o investigados, significaría llenar el pleno de personajes cuestionados y cuyas palabras no ayudan en absolutamente nada al desarrollo del Perú.

¿Qué hace Alan García como oposición sino generar bulla donde se le da la gana mientras lucha por evitar su investigación? ¿Acaso Alejandro Toledo es un personaje pulcro que apoya a la gobernabilidad con sus constantes e ingenuos errores? Ni que decir de Alberto Fujimori, preso en la Diroes, y cuyas cajas de resonancia -los medios- jugarían también un rol clave en el juego. 

Entonces, la bicameralidad -sistema interesante que requiere de partidos sólidos, democráticos, que no existen en el Perú de hoy- sería disgregar más un Parlamento fragmentado, partido, que baila al ritmo de grupos políticos sin disciplina y para los cuales la democracia no es más que un fantoche que no sirve de nada para saciar su hambre.

Pero más aún: el Senado podría escoger a los magistrados del Tribunal Constitucional, Banco Central de Reserva y Defensoría del Pueblo. Si sin Senado se generó la 'repartija' en julio, ¿qué pasará cuando personajes como García quieran poner un nombre en el Tribunal Constitucional? La presión es mayor. La lucha sería más sucia. La Mesa Directiva del Congreso es débil, no muestra la fortaleza política que debería. ¿Cómo reaccionaría ante una exhortación de Alan García?

Las reformas políticas van por otro lado. Los grandes problemas del Perú son la pobreza y el analfabetismo, no si el Congreso debe o no tener un Senado y cambiar el sistema. Es un debate interesante y positivo, pero no estamos preparados porque el sistema se cae por todos lados. Necesitamos partidos sólidos y que lleguen a todo el territorio. No solo caras en la televisión. 

Esto más parece una cachetada al fujimorismo, que anuló el Senado en 1992 con el Golpe de Estado. 

Al final, todo este debate es un típido paliativo y no ataca a la enfermedad central del Congreso: la ineficiencia y la corrupción.


Relacionados en La Mula

Miles de jóvenes protagonizaron marcha contra la 'repartija'

A evitar otra 'repartija'

Analizando la marcha contra la 'repartija'

Repartija y ciudadanía

Repartija sin freno


Escrito por

Jonathan Diez

Periodista


Publicado en

Redacción mulera

Aquí se publican las noticias del equipo de redacción de @lamula, que también se encarga de difundir las mejores notas de la comunidad.