André Malraux, compromiso intelectual y estético
En el aniversario de su muerte, un brevísimo perfil de uno de los novelistas más decisivos en la literatura contemporánea.
Noviembre es el mes en el que la figura del escritor francés André Malraux se celebra con mayor entusiasmo. Malraux nació un día 3 de noviembre (1901), en París, y falleció un día 23 del mismo mes (1976). Determinante en la historia de Francia, Malraux es el epítome del escritor comprometido. Pero no en un sentido en que su obra se vea alterada por cuestiones ideológicas, sino porque sus pensamientos se ven reflejados en su escritura pero también en su práctica ciudadana. Y es que Malraux fue, además de novelista, historiador y político. Se convirtió en el primer titular del primer Ministerio de Cultura en el mundo. Esto, durante el gobierno del presidente Charles de Gaulle. Además, fue una de las voces críticas más influyentes de la sociedad francesa.
Malraux es, por otra parte, de ese tipo de escritores que son leídos con avidez en una determinada época y, a través de sus obras, pero también a través de sus actitudes, influyen en decenas —sino centenares— de otros escritores. En Perú, uno de sus epígonos más representativos es nuestro premio Nobel, Mario Vargas Llosa. Así pues, en El pez en el agua, las memorias que escribió luego de su candidatura a la presidencia en 1990:
"[André Malraux fue alguien] quien, como si no le hubiera bastado ser un sobresaliente escribidor, se las arregló en sus 75 años de vida (1901—1976) para estar presente, a menudo en roles especiales, en los grandes acontecimientos de su siglo [...] y dejar una marca en el rostro de su tiempo."
La condición humana (1933) es una de sus obras más conocidas. Dos directrices organizan la historia en la que interactúan colonos franceses, soldados japoneses y rebeldes comunistas: por un lado, la narración de las desventuras, de los conflictos ideológicos y emocionales de los personajes; y por el otro, la incesante actividad reflexiva en torno a la política, la historia y 'la condición humana'. Un estado donde el individuo se ve obligado a contraponer las obligaciones morales con el cumplimiento del destino, a decidirse entre la solidaridad con los desvalidos y el deseo de trascender. La condición humana marcó un antes y un después, ya que proyectó en la literatura de occidente el modelo de obra que conjuga la búsquedas estéticas y éticas del escritor.
Para conocer un poco más de Malraux, compartimos con ustedes algunas de sus frases más valiosas:
1.
El verdadero combate empieza cuando uno debe luchar contra una parte de sí mismo. Pero uno sólo se convierte en un hombre cuando supera estos combates.
2.
La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida.
3.
Quien se queda mucho tiempo mirando a los sueños, termina pareciéndose a una sombra.
4.
He aprendido que una vida no vale nada, pero también que nada vale una vida.
5.
La juventud es una religión a la que uno siempre acaba convirtiéndose.
6.
Si de veras llegásemos a poder comprender, ya no podríamos juzgar.
7.
No tarda nueve meses sino sesenta años en formarse un hombre.
8.
La cultura es lo que, en la muerte, continúa siendo la vida.
9.
La tradición no se hereda, se conquista.
10.
Todo hombre se parece a su dolor.
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