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Diez geniales escritores con la educación interrumpida

¿Cuánto pesa la enseñanza formal en la formación de un escritor?

Publicado: 2013-11-22

Los casos que revisaremos a continuación no son más que una breve muestra del universo de autores que no pudieron concluir sus estudios, sean de la escuela o de la universidad, o que simplemente no quisieron seguir con ellos. Si bien los factores que los llevaron a tomar esas decisiones son de lo más diversos —apuros económicos, actitudes iconoclastas, desencanto y más—, debemos darnos cuenta que entre todos ellos hay un rasgo común: la obsesión por la lectura


1. Charles Dickens (1812-1870)

Dickens es muy contundente en su libro El naufragio del Golden Mary: "Aunque no soy un hombre educado, soy capaz, estoy agradecido de decir que tengo un interés inteligente en la mayoría de las cosas". Tras abandonar una educación privilegiada a los 12 años, comenzó a trabajar en una fábrica de betún siendo aún un niño. Tal experiencia sería la base de muchos de sus trabajos, entre ellos el clásico Oliver Twist. Si bien años después pudo retomar sus estudios, ya para entonces tenía publicadas algunos de sus mejores obras.


2. Mark Twain (1835-1910)

El padre de Samuel Clemens (nombre original de Twain) había muerto cuando él tenía solo once años, por lo que tuvo que dejar los estudios para comenzar a trabajar como aprendiz en una imprenta de periódicos. Mientras publicaba algunos bosquejos cómicos en los periódicos, visitaba la librería pública por las tardes. Fue allí donde aprendió todo lo que necesitaba. Si a esto le sumamos su enorme sentido del humor, su pasión y habilidad con las letras, el resultado será uno de los mejores escritores estadounidenses.


3. Jack London (1876-1916)

Al abandonar la educación formal desde muy temprana edad, London comenzó a los trece años una vida 'nómada'. Así, tuvo muchos y muy diversos trabajos, alternándolos con una vida literaria intensa, leyendo todo lo que podía. Años después pudo cumplir uno de sus más grandes sueños: entrar en la Universidad de California. Sin embargo, la falta de dinero lo obligó a truncar sus estudios y a nunca terminarlos. Pese a ello, persistió con el sueño de convertirse en escritor.  


4. Jorge Luis Borges (1899-1986)

Pareciera que Borges estaba destinado a su profesión desde muy pequeño. A los cuatro años ya sabía leer y escribir. También escribió su primer relato. A los nueve años tradujo al español El príncipe feliz, de Oscar Wilde. Su educación formal comenzó hasta esa edad, pero se vio interrumpida después del bachillerato. No sorprende que Borges, con todos esos antecedentes, se convirtiera en uno de los mitos de la literatura mundial.


5. Octavio Paz (1914-1998)

Integrante de una familia de estirpe liberal e intelectual, la biblioteca era sin duda alguna uno de los espacios más importantes de su hogar. Paz estudió en la Facultad de Filosofía y Letras así como en la de Leyes de la Universidad Nacional Autónoma de México, pero la abandonó antes de titularse. Tiempo después realizó estudios en Estados Unidos, y tras el fin de la Segunda Guerra Mundial ganó la beca Guggenheim para ingresar en el servicio exterior mexicano. Es el único premio Nobel de ese país (1990).


6. Ray Bradbury (1920-2012)

Uno de los consejos de escritura que Ray Bradbury comparte con sus lectores indica que no es necesaria una educación universitaria para llegar a ser escritor. Siendo él un claro ejemplo de ello, ya que él “vivía” en la biblioteca y se “graduó” de ella a los 28 años. Fue allí que el padre de la ciencia ficción aprendió sobre todos los temas, géneros y estilos.


7. José Saramago (1922-2010)

Hijo de campesinos sin recursos para costear su educación, tuvo que estudiar en una escuela técnica con pocas materias humanistas.  Pero ello no impidió que estudiara al detalle los pocos textos clásicos que pudo, a tal punto que hasta sus últimos días recitaba perfectamente de memoria algunas líneas. A los 22 años publicó su primer libro. La falta de éxito, así como su compromiso político, lo alejó de la escritura por más de veinte años, salvo escasos trabajos como crítico o periodista. Recién en 1976 se dedicó exclusivamente a la literatura y 20 años después obtuvo el mayor galardón de las letras: el premio Nobel de literatura, en 1998.


8. Jack Kerouac (1922-1969)

Representante de la generación beat, en los años cuarenta Kerouac era el jugador estrella de la Universidad de Columbia. Una fractura de tibia y diferencias con el entrenador, así como su conocido actuar contra el sistema, lo llevaron a abandonar la institución rápidamente. 


9. Jorge Eduardo Eielson (1924-2006)

Eielson recibió desde muy pequeño una educación que le permitió leer a los clásicos, aprender más de un idioma y algo de música. Terminando el colegio, entró en contacto con intelectuales como José María Arguedas, y comenzó a publicar artículos y poemas en los principales diarios del país. En 1945, ganó el Premio Nacional de Poesía. Una beca del gobierno francés lo llevó a París en 1948. Nunca se inscribió ni en la universidad ni en el conservatorio. En Europa solo llevó unos cursos de cine y fotografía. Hoy es considerado como uno de los mejores poetas peruanos junto a César Vallejo.


10. Roberto Bolaño (1953-2003)

Hijo de una familia de clase media baja, solo pudo concluir su educación secundaria pero no su amor por los libros. Las letras fueron el camino para liberarse de un mundo sumido en la represión. A los dieciséis años, ya en la ciudad de México, dejó definitivamente la escuela y se convirtió en un escritor autodidacta, leyendo desde thrillers policiacos hasta clásicos griegos. El escritor chileno escribió una de las mejores novelas latinoamericanas de todos los tiempos: Los detectives salvajes


Escrito por

Paulo César Peña

Literatura. Historia. Arte. Lima. Y también dibujo ciudades en mis ratos libres. @dinamodelima


Publicado en

Redacción mulera

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