La calidad de nuestra navegación en internet depende en gran medida del navegador (browser) que empleemos. Durante la era de hegemonía de Internet Explorer en nuestro medio, debíamos resignarnos a sus limitaciones; aun cuando Netscape Navigator tenía la capacidad de soportar más scripts y expandía las posibilidades para el usuario común. 

Con el pasar de los años, y sobre todo a partir del 2000, el uso de navegadores casi se polarizó entre Mozilla Firefox -que tuvo su fundamento cuando Netscape puso su software bajo código abierto- y Google Chrome, por razones que son obvias para muchos y que también pasan inadvertidas.

1) Firefox es más personalizable, y Chrome es más refinado.

Google dedicó mucho trabajo en hacer ver a Chrome pulido y refinado, a diferencia de otros navegadores. Firefox, por su lado, ofrece mucho control sobre cómo quieres que veas su interfaz y cómo quieres que funcione. Además Chrome se siente más veloz que el browser de Mozilla, además de las aplicaciones que ahora pueden agregársele. El nivel de personalización de Firefox, por su parte, es muchísimo más alto que Chrome; si bien corre más lento porque usa más RAM con una sola ventana (ver en Windows, Administrador de Tareas), éste te da la posibilidad de modificar el modo de leer las páginas, con plugins, scripts y demás.

2) Chrome es mejor para desarrolladores, y Firefox posee más extensiones.

Busca en la red los debates en torno a cuál es mejor para desarrolladores de plugins y diseñadores de páginas web, y ahí la balanza tiende a inclinarse hacia Chrome -aunque no en todos los sitios-; otra vez, por la velocidad que ofrece y por la curva de facilidad para familiarizarse con él. Por su parte, Firefox tiene extensiones casi para todo tipo de páginas web y servicios online. En ese sentido, su nivel de personalización es bastante alto, a pesar de que para desarrollar estas extensiones nos enfrentamos con una mayor dificultad y complejidad.

3) Firefox ofrece mejor nivel de privacidad, y Chrome tiene más opciones de sincronización.

Debido a que Chrome está ligado a las condiciones de privacidad de Google, en la actualidad, cierta información que te pertenece es valiosa para google, por consiguiente, hacen dinero con él. Para muchos, este sería un criterio para saltar a Firefox sin pensarlo. Las extensiones de seguridad de FF son bastante poderosas: Adblock plus, No Script, Ghostery, pdf.js, pueden ayudarte a hacer de tu navegación un espacio impenetrable. Por su parte, Chrome sincroniza cualquier cosa que tú realices en un navegador, en otra computadora o dispositivo móvil. Aclaremos: Firefox también tiene estas posibilidades. Para Android, Chrome y FF, las opciones de sincronización son casi idénticas. Pero FF para Desktop no se compara con Chrome en este punto.

4) Los dos no son Internet Explorer, y los dos suelen tener constantes crash cuando hay muchas pestañas abiertas.

Desde que usábamos Internet Explorer, éste no podía correr todos los lenguajes y códigos que podían encontrarse en páginas web. Cuando apareció IE6, éste tuvo bastantes problemas para correr algunas páginas, incluso correr el navegador podía colgarte la máquina. Otro problema con IE es su constante necesidad de actualizar software cada cierto tiempo, y volver a los usuarios Beta testers de su reciente programa. Con respecto al crash o que tu computadora se cuelgue, esto tiende a suceder cuando tu memoria no soporta tantas pestañas abiertas; a eso añádele el contenido de la web. No obstante, existen extensiones para remediar ese problema: para Chrome, The Great Suspender; para Firefox, Tab Suspender. Estos plugins te ayudarán a salvar memoria si es que dejas las pestañas de tu navegador inactivas por un cierto tiempo.

Con información de Lifehacker.

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N.del A.: Las reflexiones serían más variadas si ponemos también sobre la mesa a Safari y Opera.