Un nuevo informe de ILD-Reporteros pone al descubierto los nexos del narcotráfico entre Perú y Bolivia, a través de puentes aéreos desde el VRAE y Pichis Palcazú hasta tierras bolivianas, donde la droga termina de procesarse. 

Los esfuerzos de interdicción aérea que el gobierno peruano realizó con apoyo de lEstados Unidos en la segunda mitad de los 90 para desarticular el tráfico con Colombia parecen lejanos. Hoy el puente aéreo de la droga ha resurgido en el VRAE. Poco a poco, el lugar de los clásicos ‘cargachos’ o ‘mochileros’, fue tomado por los ‘transportistas’ y ahora, por aviadores con frecuencias de viajes cada vez más corta.

Según el informe, la frecuencia promedio es de 3 a 4 vuelos diarios con cargadas de 350 kilos de cocaína cada una, con lo cual puede afirmarse que el VRAE exporta semanalmente en promedio 1,2 toneladas de droga por vía aérea. de acuerdo a las fuentes consultadas por IDL-Reporteros, en el Valle hay ahora alrededor de 40 pistas de aterrizaje clandestinas, aunque solo alrededor de 15 o 20 están activas.

Pese a que se sabe la ubicación de las pistas, la falta de un sistema de radares hace imposible saber cuándo entran o salen las avionetas de la zona. Ante esta carencia, de acuerdo a los informantes de IDL-Reporteros, la inteligencia para interceptar los vuelos se reduce a fuentes humanas e interceptaciones telefónicas o radiales.

Lea aquí el informe completo titulado 'El vuelo de la cocaína'.