Los lectores estamos viviendo un tiempo de transición. El sector editorial tradicional, inmerso en un inexorable proceso de reconversión, se enfrenta a los gigantes mundiales de la distribución cultural y el ocio analógico-digital. América Latina, con un mercado de casi 500 millones de hablantes y que se halla en continua expansión, es uno de los territorios más importantes donde se libra dicha batalla. 

Mientras que para Amazon, Google, Apple y Yahoo! el medio digital es su medio de origen, para los conglomerados editoriales tradicionales se trata de un nuevo universo. Obligados por las circunstancias tienen que valerse de alianzas, fusiones y convenios para adaptarse y sobrevivir.

La oportunidad de los gigantes digitales nace de lo caro que resulta para los medios tradicionales desplazar grandes volúmenes en un continente como el latinoamericano. Para los grupos digitales se trata, entonces, de romper el esquema del precio fijo del libro y hacer del contenido en una materia primera. El negocio está en la comercialización de los soportes digitales para la lectura, antes que en la propia venta de libros.

El atractivo de América Latina.

Pilar Reyes, editora de Alfaguara, indica que existe la falsa sensación de que esta nueva era hay espacio para muchos actores, cuando la verdad es que la estructura del negocio tiende a concentrarse en unos pocos. Como ejemplo cita la venta de e-books en España, centralizada en Amazon y Apple que representan el 70% de las descargas globales. "En Estados Unidos y Reino Unido", agrega Reyes, "la situación es incluso más dramática: cerca del 90% de la facturación la hacen estos dos canales". 

Los lectores y los creadores latinoamericanos viven una situación ambivalente. Los e-books facilitan el acceso a una cultura y un arte impensable hace poco tiempo en un continente tradicionalmente incomunicado. En eso coinciden Fernando Zapata López, director del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), entidad de la Unesco, y José Carreño Carlón, director del Fondo de Cultura Económica, de México. Pero se corre el riesgo a la formación y concentración de un par de oligopolios globales, según Antonio Ramírez, de la librería La Central, de España, “dejaría al margen a los actores que pueden incidir de una manera más profunda en la propagación de la lectura y la difusión del libro, los libreros”.

Para Google, el mundo del libro en español “es absolutamente clave y está presente en todos los planes con prioridad máxima”, ha dicho en varias ocasiones Luis Collado, director de Google Books y Google News para España y Portugal. 

“El futuro pasa por América Latina. Por una forma de trabajar más americana. Se requiere de un cambio de enfoque que supere el eje Este-Oeste, de España a Latinoamérica, en la manera de distribución, por ejemplo, y se implante un eje de trabajo de Norte a Sur y de Sur al Norte”, reclama Claudio López Lamadrid, editor de Random House Mondadori.

América Latina es para los editores españoles un mercado lleno de ventajas, reconoce Javier Cortés, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). Posee una red muy limitada de puntos de venta por lo que la oferta digital puede incluso constituir una oportunidad. Por lo pronto, las exportaciones de libros han amortiguado la caída del sector, que en cinco años ha sido del 28%.

El libro electrónico y su genuino impacto.

En América Latina, los colosos siguen por delante no solo por su red de distribución que los convierte en sólidas librerías virtuales (Amazon) y en líderes en los buscadores de la Red (Google), sino que han alterado la cadena de valor al haber ampliado su negocio para conseguir controlar varios pasos del proceso editorial hasta llegar al lector.

Aunque el libro de papel sigue siendo fuerte en general, en América Latina el potencial está en los e-books y la compra online. Los dispositivos electrónicos aumentan, especialmente en móviles que se reconvierten en dispositivos de lectura.

El mayor desembarco tiene que ver con el libro electrónico. La oferta de títulos por parte del sector regional ha crecido en dos años, al pasar del 8,6% al 16,9%. La venta de e-books para Alfagura se reparte así: España, 32%, México 31%, Estados Unidos 13% y el resto de Latinoamérica el 24%, Ha revelado Pilar Reyes, editora de Alfaguara.

A pesar de esta ralentización lo que ha frenado la implantación del mundo digital en América Latina es el poco acceso a la banda ancha. El director de Cerlalc considera que la región debe seguir preparándose para un escenario de predominio de las tecnologías digitales: “Es indispensable que, además de seguir invirtiendo en infraestructuras de telecomunicaciones y se trabaje en la incorporación de las tecnologías digitales en el campo de la educación y la cultura”.

Pese a que los gigantes de la distribución global ya trabajan en la región, Zapata cree que los editores locales aún tienen la posibilidad de fortalecer su producción y consolidar su posición en el mercado, en alianza con librerías y distribuidoras locales.

Fuente: El País