Todo depende de la voluntad política de los gobernantes. Un mundo sin hambre es posible. Este martes, el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, sostuvo que si las actuales alianzas para el desarrollo se fortalecen y amplían esto, que parece una utopía, será posible. 

Estas declaraciones, las brindó durante su intervención en el foro "El éxito de los Objetivos Del Milenio: acelerar la acción y crear asociaciones eficaces" celebrado en la sede de la ONU. En este sentido, Da Silva señaló que el Desafío Hambre Cero, lanzado en junio 2012, pide algo nuevo, algo audaz que debía haberse hecho hace mucho tiempo.

Según la FAO, para lograr acabar con el hambre en el mundo, es necesario movilizar coaliciones de base amplia. El verdadero cambio solo se producirá cuando muchos actores sociales unen sus fuerzas en movimientos políticos amplios, señaló Da Silva.

Además, según un informe de la ONU, se están desperdiciando unos 300 millones de toneladas de alimentos en el mundo; es decir, un tercio de los productos alimentarios se despilfarra. Todo esto ocurre mientras unas 870 millones de personas pasan hambre.

Este desperdicio alimentos, según la FAO, constituye un grave daño a los recursos naturales de los que la humanidad depende. En términos económicos, el desperdicio de alimentos provoca pérdidas de aproximadamente 750 mil millones de dólares.