Cientos de personas marcharon ayer en varias ciudades ecuatorianas con el fin de reclamar una consulta popular sobre la iniciativa ambiental Yasuní-ITT y evitar la explotación petrolera en esa reserva de la biosfera situada en la Amazonía, anunciada este mes por el Ejecutivo de Rafael Correa. 

"No toquen el Yasuní" o "Ama la vida, protege el Yasuní" fueron algunas consignas coreadas por los manifestantes durante la marcha en Quito, hasta que fue bloqueada por miembros de la Fuerza Pública, que formaron hileras para contener a los manifestantes. La consecuencia: los defensores de la reserva de Yasuní no pudieron llegar a la plaza donde está el Palacio de Gobierno.

Durante más de dos horas, los manifestantes trataron de derribar las barricadas humanas. “Esto es espacio público”, gritaban exigiendo los mismos derechos que los partidarios de Correa, que sí entraron a la plaza. En esta lucha por tomar el lugar, los primeros incidentes se registraron cuando los antidisturbios hicieron retroceder a los manifestantes. Como consecuencia, cuatro personas fueron detenidas, afirmó el ministro de interior, José Serrano.

En la operación hubo balas de goma y gases lacrimógenos que dejaron a una decena de personas heridas, lo que hizo enfurecer a los jóvenes, quienes arremetieron con lo que encontraron a la mano: palos, piedras, basura. Además, en las calles no faltaron comentarios: “dejen gobernar al presidente” , “el país necesita salud y educación” o "no queremos nada de cruda y negra procedencia”. 

Por su parte, Serrano afirmó que los agentes tuvieron la orden de no usar balas de goma ni gases lacrimógenos. "Nuestros policías evitaron confrontaciones" y "fueron víctimas de las agresiones", añadió el ministro que volvió a pedir a los medios de información demostrar el supuesto abuso de fuerza. 

El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Humberto Cholango, indicó que las manifestaciones buscan "que se convoque a una consulta popular" como "la mejor decisión" para resolver este tema de "tanto interés y tanta importancia para la nación".

"El objetivo es que el Yasuní sea protegido, no por el bien de Ecuador, sino por el bien de la humanidad, por el bien de una nueva propuesta de vida", remarcó Cholango.

La decisión del gobierno de poner fin a la iniciativa Yasuní-ITT generó rechazo entre grupos de indígenas, ecologistas y de izquierda, que reclaman una consulta popular. Correa puso fin a un proyecto que él mismo anunció hace seis años y que buscaba dejar sin explotar el crudo en los campos Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT), situados en el Parque Nacional Yasuní, considerado una de las reservas más importantes de biodiversidad del planeta. 

Su decisión se debió a la desidia de la comunidad internacional para ser "corresponsable" del proyecto y aportar al menos la mitad de los 3,600 millones de dólares en doce años que calculaba obtener por la explotación del eje ITT.

Con información de Efe, Reuters, El País, El Comercio de Ecuador

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